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En este día del padre, quiero acordarme de todos de los que están y de los que se fueron, quedando solo el consuelo de su inolvidable recuerdo.
Acordarme, cuando niño de su sonrisa y sus mimos ya adolescente, de sus consejos, y siendo adulto, de su corazón amigo, del “Fobal”, era de San Lorenzo, con Farro, Pomtomi y Martino, del Box, Firpo, Gatica y después Monzón! Dos pasiones que tanto le gustaban, de la alegría cuando sus preferidos ganaban, también de la bronca cuando perdían, pero al rato de esto se olvidaba.
De sus desvelos y tristezas cuando alguno de nosotros se enfermaba (éramos ocho) o jugando se lastimaba, y al llegar fin de mes, con las manos en la cabeza, hacía firuletes con el lápiz para que un solo sueldo parecieran tres. Fueron tantas sus penas, como sus plegarias, hasta que a edad avanzada, su generoso corazón dijo basta! y con mamá, la esposa de toda la vida se fue junto a ella para acompañarla. Mirando al cielo, brindo por todos ellos, para que el amor de sus hijos, que algún día serán padres, comprendan el significado cuando lo nombren, todo amor y ternura, esa palabra que sale del corazón. Gracias papá... gracias mi querido papá!
Cristóbal Zubieta
Bº Santa Lucía
Ciudad