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La Selección no convence, aún repercuten las críticas internas del plantel al esquema conservador del DT Alejandro Sabella en el debut con Bosnia y los cuestionamientos de la opinión pública se agudizaron con la pálida y ajustada victoria del sábado ante Irán. Sin embargo, Angel Di María, uno de los referentes futbolísticos del equipo, salió ayer a hablar y apuntó a los que cuestionan el juego de Argentina, mostrando escasa autocrítica, pese a que la realidad de la albiceleste deja más dudas que certezas de cara al futuro.
“La Selección no jugó mal, tuvo situaciones, pero es muy complicado jugar cuando un equipo se mete atrás y se defiende con los once. Nosotros disfrutamos el Mundial desde adentro, pero sufrimos cuando nos critican desde afuera”, afirmó el Fideo durante la conferencia de prensa que dio en el predio Cidade do Galo, en Vespasiano.
“Todo el mundo piensa que Argentina no juega bien, pero nosotros no pensamos en el afuera. Lo más importante es que el grupo está unido, tal como lo dijo muchas veces (Alejandro) Sabella, y que, además, sumamos los seis puntos. Para ser campeón del mundo hay que ganar como sea”, agregó el mediocampista.
De viejas historias, por Enrique Figueroa
El día once de la Copa reflotó viejas historias del fútbol argentino y de los mundiales. No es la primera vez que un jugador de la Selección sale a dar una conferencia de prensa “con los ojos vendados”, ni que Portugal sea un fiasco pese a tener a Cristiano Ronaldo.
Angel Di María salió al cruce de las críticas generalizadas y no fue capaz de admitir que el equipo jugó mal, más allá del “colectivo” que Irán puso delante de su arco, tal cual quedó graficado el día después con los clásicos afiches de las cargadas.
Jugadores vs. prensa e hinchas; una vieja historia de nuestro fútbol. Tan vieja como creer que somos los mejores del mundo y como pensar que Argentina va a ganar los partidos 5 a 0 a rivales como Irán. En realidad, está faltando equilibrio en los análisis y autocrítica en todos los protagonistas, defectos, también, de vieja data.
Sabella supo reconocer su error pese a la influencia mediática de Messi, y Di María debió hacer lo mismo. No se puso en tela de juicio si la Selección mereció ganar, sino la poca actividad colectiva con tanto potencial individual. ¿Y del penalazo que cometió Zabaleta cuando todo estaba 0 a 0? Di María ni nadie lo recuerda: ya es un tema viejo.
Por otro lado, lo de Portugal también es una historia repetida. Ni con el mejor jugador de la temporada -CR7- puede en los mundiales.