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Un día como hoy, hace 24 años, Brasil le daba una lección de fútbol a la Argentina en Turín, por los octavos de final de la Copa del Mundo de Italia ‘90. Sin embargo, a diez minutos del final, Diego Maradona, casi en una pierna, frotaba la lámpara y apilaba cuatro brasileños antes de darle un pase milimétrico a Claudio Paul Caniggia, quien gambeteó a Taffarel y la mandó a guardar. Aquella victoria del Seleccionado nacional es recordada como una de las mayores épicas de la historia albiceleste. Allí también nació el famoso mito de Carlos Bilardo y el bidón de Branco.
Un 24 de junio de 2006 la Selección de Néstor Pekerman jugaba en Leipzig una infartante serie de octavos con el aguerrido México de Ricardo Lavolpe en el Mundial de Alemania. El encuentro era reñido, disputado, los mexicanos desperdiciaban ocasiones y el partido debió extenderse al alargue. Transcurría el octavo minuto del tiempo suplementario cuando Maxi Rodríguez recibía con el pecho un cambio de frente de Juan Pablo Sorín y le pegaba de aire mandándola al ángulo. Ambos hechos (el del ‘90 y la clasificación ante México) tuvieron un tinte similar de angustia y sufrimiento.