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El delantero Ezequiel Lavezzi hizo otra de las suyas en pleno partido contra Nigeria. Apretó el pomo y le echó un chorrito de agua a Sabella, cuando éste no paraba de darle indicaciones a un costado del campo.
“No creo que me rete, está acostumbrado”, dijo Lavezzi con respecto a la broma que le hizo a Sabella. “Lo vi demasiado nervioso, tenía que descomprimir un poquito”, explicó con otra broma el delantero.
El Pocho está acostumbrado a hacer bromas pesadas. Una vez hizo tropezar a un camarógrafo y después del partido contra Bosnia le pegó una cachetada al masajista de la Selección (Marcelo D’Andrea) para despertarlo en el colectivo.
El puntaje fue ideal, a pesar de un comienzo con más dudas que certezas y aunque seguimos siendo “messidependientes”, Alejandro Sabella parece tener una estrategia bien guardada.
Sin bien no dejó de elogiar al “10” y considerar que siempre los sorprende con su magia, también aseguró que, partido a partido, la Selección continúa mejorando.
Lo cierto es que la Argentina aún no demostró plenamente su potencial, primero porque sus dos primeros rivales armaron verdaderas murallas en el área grande y después porque hubo un Nigeria más competitivo, que en pocos avances demostró no ser fácil.
Pero, ahora qué. Los octavos de final no aceptan errores y nadie se querrá quedar afuera.
Y si bien Sabella aceptó que su propios dirigidos le marquen la línea de juego en el segundo partido y lo obligaran a cambiar la estrategia, el DT sabe cómo seguir.
También es consciente de que la materia pendiente es la última línea que, de a poco, se pone a tono con el equipo ofensivo que posee. Pero ahora se deben terminar los errores.