inicia sesión o regístrate.
Una cascada de problemas de producción, caída en las ventas y suspensiones de personal pasa la industria automotriz argentina.
El Gobierno prometió hacer un plan de salvataje para mantener la actividad del sector que, por sus efectos multiplicadores en la ocupación, podría poner en baja los indicadores futuros que miden el empleo.
Honda paraliza la producción en sus dos plantas y suspende a 800 empleados
Las suspensiones por la caída de ventas comienzan el 9 de junio y durarán un mes. Los trabajadores mantienen el sueldo de bolsillo y los aportes sociales.
Por otra parte, en un contexto de crisis sectorial, PSA Peugeot Citro‰n también decidió paralizar completamente su producción por esta semana.
El lunes pasado, otras terminales automotrices aún mantenían el cese de actividades que las afectó durante una parte de la semana pasada.
Entre las perjudicadas por la crisis del sector figura Volkswagen con su planta bonaerense.
Ayer, también se confirmó que el próximo lunes, 800 ochocientas personas dejarán de trabajar en las dos plantas que Honda tiene en la provincia de Buenos Aires.
en su momento, los mismos problemas relacionados con la superproducción o la carencia de piezas elementales para el terminado del vehículo llevó a que otras automotrices recurran a medidas laborales, en entre ellas las suspensiones.
Es el caso de las cordobesas Fiat Auto e Iveco.
Por un exceso de stock en los garages de la automotriz y de sus concesionarios, algunas empresas suspenderán el personal hasta antes de agosto, compás de espera que se dieron para conocer el próximo escenario del mercado nacional.
El fenómeno laboral y productivo empezó primero por un factor externo. La caída de la demanda desde Brasil, hacia donde gran parte de la producción se destina, operó como causa gatillo del parate de la actividad. Luego, necesitado de más dólares y de un impulso a las exportaciones, el Gobierno aplicó la devaluación del 21% del peso nacional. La depreciación de la moneda encareció a los vehículos de manera sensible.
Se desplomó en abril la compra del cero kilómetro, según Adefa
En el problema de la fabricación de auto -con las variables económicas adversas que tiene que sortear la producción, sucedió lo previsible: los consumidores locales decidieron no comprar este tipo de bienes durables.
Según las cifras que maneja el gremio de mecánicos (Smata), son 12 mil los obreros de terminales y fábricas autopartistas con suspensiones y licenciamientos parciales.
El número está en sintonía con las ventas de los cero kilómetro que, sólo en abril, se desplomó un 35% en comparación con igual período de 2013.
De Acuerdo a la Asociación de Fabricantes (Adefa) ,sigue el derrumbe: la producción de autos cayó 36% en mayo
Las ventas a concesionarios sumaron 50.648 unidades, un 1,4 % menos que en abril. La producción se ubicó en 50.938 unidades, un 13,9 % por debajo del desempeño del mes anterior y las exportaciones alcanzaron 30.130 vehículos, una baja de 7,2% respecto de abril.
En el acumulado de los primeros cinco meses, el sector contabilizó 257.519 unidades producidas, una caída de 22,2% respecto de los 331.089 vehículos producidas en el mismo período del año pasado.
“En los primeros cinco meses de 2014 la producción de vehículos se ha visto fuertemente afectada por la retracción de la demanda desde los mercados de exportación y de las ventas en el mercado local. También afectó a la producción los conflictos de varios proveedores estratégicos.
La participación del gremio
Uno de los gremios que está afectado en plena elaboración de las paritarias salariales es el de los mecánicos.
Las suspensiones reiteradas y los problemas en la compra de los vehículos que fabrican las automotrices argentinas, ha puesto a los mecánicos en la discusión de cómo serán las suspensiones temporarias.
El titular del gremio de Smata, Ricardo Pignanelli, también apuntó contra el impuesto a los autos y admitió “un parate en la comercialización de los automóviles”. Para el líder del sindicato de mecánicos, el problema no es el auto de alta gama “sino la gama media, porque la mayoría la fabricamos acá” en la Argentina.
Pignanelli señaló que su reclamo para reactivar el sector era bajar el impuesto en los vehículos de gama media, ya que “los más caros, históricamente siempre anduvo entre 70 y 90 mil dólares”.
Según indicó el gremialista, el objetivo era “provocar, como en 2008, una tasa de interés para la compra del vehículo que no tuviera la tasa del mercado”.