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Arrancan los cuartos de final y el viernes de gloria será únicamente para dos. Mientras que Alemania continúa siendo favorita frente a Francia, los latinoamericanos tiene un compromiso de sangre y Brasil intentará demostrar, pese a estar en caída, que siempre puede resurgir como el Ave Fénix. Y no es para menos, muchas veces lo hizo.
Enfrente estará una Colombia que en las apuestas no llegaba a hacer ruido pero, de la mano de James Rodríguez y del técnico argentino José Pekerman, demostró verdaderamente que “el café no se mastica” y que los dirigidos por Luis Felipe Scolari no tendrán tiempo para llorar.
La presión que vive la pentacampeona Selección brasileña por ser local derrumba cualquier estado de ánimo y los obliga a llorar en cada presentación. Con el himno, antes de los penales o en la finalización de los partidos es “una mar de lágrimas”. Pero Scolari, que debió llevar una psicóloga junto al plantel, buscó aclarar el posible resultado de esta tarde. “‘No existe una guerra contra Colombia, nuestra guerra es con Chile, Argentina y Uruguay. Con Colombia no hay esa rivalidad, con Colombia tenemos una amistad”, insistió luego de un viaje distendido que los llevó a Fortaleza y en el que no faltó el ritmo de samba. Todo puede ser, aunque comienzan a crecer las especulaciones.