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¡Buen día! Que los sacerdotes tenemos que estar dispuestos a realizar toda clase de apostolados, cualquiera lo comprende. Lo que resulta insólito es imaginarse a un cura como capellán de circos. Y esa es la actividad que realiza el sacerdote norteamericano, Jerry Hogan. Para más, su tarea le fue encomendada oficialmente por la mismísima Conferencia Nacional de Obispos de los Estados Unidos. La agencia católica Selat nos cuenta que el padre Hogan, nacido en Boston y ordenado en esa ciudad en 1974, ingresó a un inesperado ámbito pastoral cuando en 1993 los obispos norteamericanos le pidieron que sucediera como capellán circense al legendario sacerdote John "Jack" Toner. Entre las cosas insólitas que le tocó vivir fue su "confesión entre leones". Cuenta el padre Hogan que un día en Greenboro, poco antes de una presentación del mundialmente famoso circo de los "Ringling Brothers, Barnum &Bailey", un trapecista le pidió que lo confesara. "El me llevó al único lugar que consideraba discreto y adecuado: detrás de la jaula de los leones", recuerda con humor. "Los leones se inquietaron y nos miraron fijamente, pero no emitieron el menor sonido". De ahí en más le tocó administrar sacramentos, predicar, dirigir oraciones y atender consultas en los lugares más impensados. Poco a poco el padre Hogan se fue sorprendiendo por la espiritualidad que percibía en la gente de circo. "Muchos creen que son personas frívolas o supersticiosas, pero la realidad es muy distinta. La gente de circo es de mucha oración, de una marcada avidez espiritual".