Con el paso de los años los recuerdos de la niñez se hacen cada día más claros. Para muchos, los primeros años de vida fueron los mejores. Las épocas en las que se disfrutaba de los juegos con los amigos, en la calles, con los vecinos del barrio. Las épocas en que las deudas y las ausencias no importaban. Mucho menos los tiempos. Domingo Agapito Adasme es una de esas personas que guarda de su niñez los mejores recuerdos. Los años que pasó entre Salta y Jujuy en compañía de los hermanos y primos. Hoy, Domingo tiene 79 años y nada queda de su familia en San Pedro de Jujuy, donde vive actualmente. En su memoria dan vueltas los recuerdos de los primos, en particular de Gabriel Barreto. Un salteño que ahora tendría 60 años y al que Domingo no ve desde hace más de tres décadas.
Lejos de Salta
"Mis padres vivían en la calle Caseros. Ahí nací. Cuando tenía dos años nos mudamos, por cuestiones de trabajo de mi papá, a San Pedro de Jujuy. Tres hermanos nacimos en Salta y tres nacieron en San Pedro", contó Domingo a El Tribuno.
Cuando cumplió los 18, Domingo tuvo que hacer el servicio militar obligatorio y fue sorteado para Campo de Mayo. Allí estuvo 14 meses y cuando volvió, resolvió quedarse en Salta.
"Por aquellas épocas vivía en la calle Alsina. Una vez llega el cartero a mi casa y cuando ve mi nombre me pregunta si era pariente de Elma Adasme, que vivía en España y Siria. Era mi tía, que tenía una hija, que se casó con un señor Barreto. De esta unión es que nace mi sobrino. Así retomé el contacto con ellos", explicó Domingo.
Pero como la vida está llena de vueltas, y a Domingo le gustaba volar, decidió conocer Mendoza, Córdoba, San Juan y finalmente volver nuevamente a Buenos Aires. Allí consiguió trabajo y resolvió quedarse.
Domingo Adasme 79 AÑOS “Hoy mis hermanas también fallecieron y estoy nuevamente solo. Es por eso que estoy buscando a mi sobrino, Gabriel Barreto”.
"Entonces fallece mi papá y mi madre me pide que la ayuda para terminar de criar a mis hermanos. Así la ayudé y con el tiempo mis hermanos se casaron y se fueron. Quedamos solos con mi mamá, que entonces vivía en una casa alquilada", recordó Domingo.
La partida del "viejo"obligó a Domingo a tomar las riendas económicas de la casa y con el paso de los años tomó la responsabilidad de cuidar de su madre. Gracias a su trabajo y a que no tenía ninguna otra carga familiar, logró ahorrar y comprar un terreno en San Pedro para que al fin su madre tenga su casa propia.
En 1986 fallece también su mamá, y en la misma época queda sin trabajo en Buenos Aires. Cobró la indemnización y la guardó en el banco pero para su mala suerte, vino el Rodrigazo y quedó con un montón de papeles sin valor. "Así resolví volver a San Pedro, vivir en la casa de mi madre, estudié peluquería y puse mi propio negocio", detalló, haciendo un paso rápido de los eventos que lo llevaron a quedarse en San Pedro.
Luego de varios años pensó en venirse a Salta pero sus hermanas le pidieron que se quede, y así lo hizo. "Hoy mis hermanas también fallecieron y estoy nuevamente solo. Es por eso que estoy buscando a mi sobrino. Lo único que recuerdo es su nombre, y no sé si todavía vive. Se llama Gabriel Barreto y tendría unos 60 años".
Domingo espera noticias y, con suerte, pueda terminar el año en buena compañía.