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Postura correcta: lo primero de todo es corregir la postura y mantener la columna vertebral recta. Para ello nos sentaremos en una silla firme.
Toalla como corrector: se puede tomar una toalla y la enrollarla para conseguir un almohadón. Se la colocará en la base de la espalda para ayudar a mantener una postura correcta al sentarse.
Frío y calor: se puede aplicar frío en la zona para reducir la inflamación muscular del cuello. Una vez enfriada la zona, pasaremos a aplicar calor para calmar el dolor. Se puede ayudar con duchas frías y calientes o de paños con hielo y paños de agua caliente.
Cabeza levantada: al tratarse de una contractura muscular se debe mantener la cabeza alta y evitar bajarla. Así se consigue que los músculos del cuello no ejerzan presión.
Masaje con aceite de lavanda: Utilice aceite esencial de lavanda para relajar toda la zona muscular. Antes de aplicarlo sobre la piel caliéntalo entre las manos y luego realiza un suave masaje en el cuello.
Una correcta almohada: seguro que en más de una ocasión volverá a levantarte con tortícolis debido al uso de una almohada incomoda. Utiliza una almohada especial cervical que ayuda a una mejor postura del cuello al dormir.
Colchón firme: al igual que usar una almohada adecuada, también es fundamental utilizar un colchón que nos mantenga la espalda firme y recta para evitar posibles daños cervicales.
Evita la humedad: la humedad del ambiente no es aconsejable para los dolores musculares.
Relajarse: cuando se está tenso, los músculos se endurecen y se agrava el problema. Para evitar la tensión se debe relajar.