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Globos y un adornado pony esperaban en el ingreso a los visitantes. Todo el predio se vistió de fiesta, con pequeños espacios de encuentro armados con sillones y fardos de alfalfa, algunas mesas con cosas ricas para los chicos y la galería de la nueva casa iluminada con velas colgantes. En el frente se podía ver la cinta blanca y a un lado a los integrantes de Los Infernales que amenizaron la reunión con algunas zambas.
Con su traje de montar, saludando y yendo y viniendo de un lado al otro estaba Elena Cataldi, la ideadora de este proyecto que nació en la localidad de Azul en la provincia de Buenos Aires hace 10 años, y que desde hace 7 años funciona en Salta a todo vapor.
"Estamos felices con este doble festejo: cumplimos los 10 años y además inauguramos la nueva casa, en este predio que fue cedido por el club", contó Elena Cataldi a El Tribuno.
El nuevo edificio cuenta con una cocina amplia, una oficina administrativa, un consultorio, tres baños y un salón de usos múltiples. El objetivo de esta nueva obra es ampliar la atención que se brinda desde la Fundación a pequeños y jóvenes con discapacidades.
"Queremos dictar talleres de artes y oficios, además de equinoterapia", agregó Elena.
La presidenta de Del Azul destacó que en Salta existe una fuerte demanda y necesidad de los padres de adolescentes y jóvenes con discapacidades que no tienen adónde recurrir para continuar con su rehabilitación y integración social. "Son muy pocos los lugares para jóvenes por discapacidad en Salta y se tiene un índice muy alto en esta población", destacó la presidenta de la Fundación.
Este proyecto lleva el nombre de Abriendo tranqueras, y ayer fue una demostración del trabajo en equipo que se lleva adelante en la institución.
Voluntarios, profesionales, representantes empresarios, arquitectos y constructoras disfrutaron del show brindado por un grupo de jóvenes que integran la institución y mariachis.