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Santiago Giménez es el papá de Lorenzo, quien necesita un trasplante de intestino, y también dirige la fundación que impulsó la movida.
Hasta ahora tienen confirmados 50 voluntarios para trabajar el día de los comicios, pero necesitan 60 más.
Para capacitarlos en la promoción y difusión y enseñarles la manera en la que se deben completar las actas de donación hoy, desde las 19, se dará una charla informativa en el Centro Cívico Municipal, ubicado en avenida Paraguay 1240.
Desde la Fundación contaron que el Tribunal Electoral de la Provincia los autorizó a que estén con sus puestos en 110 escuelas de la capital. El Centro Único Coordinador de Ablación e Implante (Cucai) Salta les permitió que realicen la tarea de promoción y difusión.
"Apuntamos a tener una persona en cada una de las escuelas. Si se suman más, serán dos", explicó Andrea Zerega, encargada de registrar a los voluntarios que colaborarán con la fundación el próximo domingo, cuando se realice las elecciones presidenciales.
"Pedimos que sean mayores de 18 años, pero no les exigimos ni un mínimo ni un máximo de tiempo. Lo que ellos puedan ofrecer para esta causa es valioso para nosotros", agregó Andrea.
Cada voluntario podrá elegir el horario en el que asistirá al establecimiento educativo, siempre dentro del margen estipulado de 8 a 18. Cada uno tendrá una pechera de identificación del Cucai Salta y las autorizaciones del Tribunal Electoral de la Provincia. Además, contarán con folletería y otros materiales para la difusión.
La importancia de registrarse
Lorenzo, hijo de Santiago Giménez, es un nene de 4 años y medio que necesita un trasplante de intestino. Hace dos años y dos meses que está en la lista de emergencia del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) y aún sigue esperando.
Su papá le contó El Tribuno: "Lorenzo necesita un intestino de otro nene anatómicamente parecido. No se le puede implantar por partes. Por eso es que apelamos a promover la donación de órganos, tanto por él como por otros tantos chicos".
Lolo, como lo llaman cariñosamente sus padres, es el motor de esta iniciativa. Tiene internación domiciliaria en Buenos Aires y sus controles se realizan en el hospital universitario Fundación Favaloro.
"Si uno ve a Lorenzo cree que no está tan grave, pero no es así. Él se alimenta solo por una catéter y tiene una trombosis aguda que le provoca daños en las paredes de los vasos sanguíneos. Eso es un obstáculo que hay que superar para mantener su única vía de alimentación", explicó Santiago.