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El mensaje del gobernador salteño Juan Manuel Urtubey, enviado como emisario de Scioli ante los inversores de EE.UU., no pasó desapercibido y obligó a una rápida respuesta por parte del kirchnerismo que intentó subestimar la posición del mandatario provincial.
Un trabajo complicado si se tiene en cuenta que definiciones de este tipo van a contramano del espíritu kirchnerista sobre el pago de las deudas y aparecen contradictorias dentro de la imagen de unidad que el gobierno procura ofrecer en plena campaña electoral.
En esa misma línea oficialista fue Aníbal Fernández quien tuvo a cargo la tarea. "Los argumentos de Urtubey no representan al futuro gobierno y esa es solo la opinión de un gobernador de la Argentina" expresó el candidato a la gobernación de Buenos Aires.
Es de esperar que sea Urtubey quien juegue la próxima carta en este intercambio de opiniones entre las propias filas, ya que Scioli ha preferido mantenerse al margen de cualquier comentario y reforzar su estrategia política: apostar al debilitamiento de la oposición y convertirse en un espectador de lujo para el debate de los presidenciables de esta noche.
El candidato del Frente para la Victoria prefirió esta posición antes que el riesgo de un intercambio que pueda resultarle perjudicial en el último tramo de la campaña. Macri, del frente Cambiemos y Massa del Frente Renovador serán las estrellas del debate, pero Scioli confía en que la intención de voto luego de la promocionada disputa televisiva, se divida entre los opositores y termine por posicionarlo lejos del escenario de balotaje.
Pero ¿cual es el rol de Urtubey en todo este mecanismo? ¿Qué papel cumple mas allá de su conversa figura hacia el peronismo no kirchnerista?
"Es de esperar que sea Urtubey quien juegue la próxima carta en este intercambio de opiniones entre las propias filas del oficialismo".
Es indudable que Urtubey fue el elegido para promover una posición distante del kirchnerismo, que diferencie y al mismo tiempo beneficie a Scioli. Desde ese espacio logró posicionar su figura a nivel nacional. Esto no le ha significado mayores costos políticos en términos de gestión de gobierno, ya que la provincia viene en piloto automático, aunque sin rumbo definido.
Pero las apetencias se generan a distintos niveles. Mientras el gobernador está fuera de Salta ocupado en sus aspiraciones, el presidente de la Cámara de Diputados, Manuel Godoy aprovecha para hacer su juego. No hace mucho salió a plantear la necesidad de que el oficialismo comience a discutir sobre cómo resolver al reemplazante de Urtubey en la arena política salteña.
Sin una respuesta clara, desde el Ejecutivo salieron a plantear la figura de un jefe de Gabinete, aunque esta idea no avanzó más allá de una posibilidad lejana.
En las últimas horas Godoy volvió a la carga y se mostró como promotor de un debate para modificar la Constitución de la Provincia y dijo que la oposición no es capaz porque no tiene ganas de ir a una reforma.
Si bien no mencionó el objetivo de una eventual revisión a la carta magna provincial, en los pasillos de la Legislatura no se descarta que el planteo esté vinculado al desarrollo de los próximos cuatro años de gobierno en la provincia, con un mandatario ausente y más enfocado en los sueños presidencialistas.