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El país había colocado esa cifra en el Bank of New York Mellon Corp en junio de 2014 para el pago a acreedores que aceptaron los canjes de deuda soberana.
Sin embargo, el juez Thomas Griesa ordenó al banco que retuviera el dinero, al evaluar que el movimiento violaba sus decisiones previas en torno a la disputa judicial de la Argentina con los fondos buitre.
"El Bank of New York Mellon (BONY) debe retener los fondos en sus cuentas del Banco Central de la República Argentina y quedar pendiente de futuras órdenes de la Corte, y no debe hacer ni permitir ninguna transferencia de fondos a menos que lo ordene la Corte", había señalado el magistrado el año pasado al momento de ordenar a la entidad el congelamiento de los fondos.
Con la decisión de ayer la Corte norteamericana mantuvo su decisión de octubre de 2014, cuando falló que los buitres no pueden apropiarse de esos fondos.
El panel de tres jueces aclaró ayer, en Nueva York, que "a lo sumo, la transferencia de la República (Argentina) manifiesta una preferencia entre acreedores. Pero según la ley de Nueva York, preferir un acreedor a otro no es en la práctica ni tiende a ser fraudulento".
Uno de los abogados de Argentina, Carmine Boccuzzi, señaló que la Corte neoyorkina "reconoció correctamente que hay fondos para los bonistas reestructurados a los que los holdouts no tienen derecho".