¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
13°
10 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Laberintos humanos. Desde el molle

Viernes, 25 de diciembre de 2015 19:05
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Laberintos humanos. Desde el molle

Todos somos un poco miserables, dijo como para si el Varela para que entendiéramos que no había que andar juzgando a los otros. No es que juzgáramos al carnicero, es que nos agarró de sorpresa, trató de explicarse Carla Cruz cuándo una voz de mujer, como viniendo desde el mismos tronco de un molle, nos dijo que la sorpresa es la raíz de las opiniones.

La vimos poco después, no porque estuviera lejos sino porque tenía algo del mismo color que el tronco y las ramas que el caían delante como un velo. Llevaba en los brazos a un niño que amamantaba de su pecho, y siguió explicando con tono calmo que al error hay que evitarlo desde que es brotecito nomás, después ya es tarde.

De la sorpresa nace la opinión, dijo, y cuando opinamos ya empezamos a juzgar lo que hacen los otros. Si pensamos que está bien o está mal, nos dijo esa extraña mujer que parecía anciana pero era mágicamente lozana, nos empezamos a creer más de lo que somos. ¿Quién soy yo para juzgar a mi prójimo?, nos preguntó.

Y uno cree que criticando a los demás los perjudica, agregó, cuando en realidad se perjudica a sí mismo. No hay nada más dañino para la salud que esa zoncera de creerse más que los demás y, más grave aún, más de lo que uno mismo es, dijo y miró a su wawa con cariño para cambiarla de pecho.

Luego levantó la vista dulcemente hacia nosotros, y dijo nomás que esas son cosas que a una se le ocurren, quien sabe, ¿no?, pero ya entonces Carla Cruz estaba sentada a sus pies, y algo más lejos nos sentamos a escucharla el Varela y yo.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD