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Ambos forman parte de los 60 casos que se registraron en lo que va del año en Salta. Durante el 2014 fueron 50 las personas que perdieron la vida por esta enfermedad. Y el 25 por ciento de los casos que hubo el año pasado se dieron en adolescentes.
"El bacilo de Koch es un germen muy complicado y bastante duro de matar. Existe una medicación que es ciento por ciento efectiva, pero es un tratamiento largo. Son seis meses de régimen y no es fácil llevarlo adelante", le explicó a El Tribuno Mario Cisneros, responsable del Programa de Tuberculosis del Ministerio de Salud. La tuberculosis es una enfermedad que causa la muerte en la Argentina, y Salta no está ajena a ello. De acuerdo con datos oficiales, la tasa de mortalidad alcanza a casi el 10%.
"Existen niños, adolescentes, adultos y estudiantes en todos los niveles que padecen la patología. Existe una población a la que a veces le cuesta tomar conciencia de la gravedad de la situación o bien son de una condición socioeconómica muy castigada, a cuyos integrantes la falta de alimentación o desnutrición acelera la llegada de la tuberculosis. El analfabetismo también permite que el tratamiento no se cumpla", agregó Cisneros.
Los dos casos recientemente detectados en establecimientos educativos de la ciudad reflejan esa porción de la población que en su mayoría se resiste dar a conocer su diagnóstico por temor a ser discriminados.
La importancia del tratamiento
La tuberculosis es una enfermedad contagiosa que afecta principalmente a los pulmones, pero que puede atacar otras partes del cuerpo. Lo causa una bacteria conocida como bacilo de Koch. Si no se trata de manera oportuna puede causar daño permanente en los pulmones.
Si bien la patología cuenta con medicación efectiva, la falta de continuidad en el tratamiento puede resultar mortal.
"El estigma de la tuberculosis hace que esta afección sea negada y algunos pacientes eviten ir al hospital y la escondan, por lo que cuesta llegar a una verdadera concientización. Se hace prevención, se trabaja mucho sobre ello pero siempre dependemos que cumplan con el tratamiento. En los casos de personas con la enfermedad y que sufren algún tipo de adicción se hace más difícil aún", resaltaron desde el Programa Provincial de Tuberculosis.
Los enfermos que no están en tratamiento, al toser o estornudar eliminan las bacterias al aire, que entran a los pulmones de una persona sana. Cuando una persona que se enferma realiza el tratamiento no contagia a otras.
Contagio
"Por cada uno que anda tosiendo y eliminando bacilos, por año infecta entre 10 y 15 personas, de las cuales van a enfermarse 3 o 4. Por ello, es muy importante que la persona enferma cumpla el tratamiento", destacó el responsable del programa, Mario Cisneros.
Las tuberculosis no se contagia por compartir el mate, cubiertos o vasos con una persona enferma. Detectarla en forma temprana es la principal herramienta para combatir la enfermedad. Con el tratamiento adecuado durante el tiempo indicado por el médico, la persona enferma logra curarse sin contagiar a otros.