En casi dos años, las cloacas del Poder Judicial rebalsaron tres veces

El martes 15 de julio, la red de cloacas que se encuentra ubicada en el subsuelo de la Ciudad Judicial colapsó. Una fuente del Poder Judicial, que no quiso revelar su nombre, contó a El Tribuno que las oficinas que funcionan en ese sector estaban inundadas con aguas servidas. "Es la tercera vez que esto sucede en menos de dos años. Las cañerías se trancan constantemente y nosotros trabajamos con ese olor a baño todos los días", comentó el profesional consultado.
Durante el desborde, los organismos que operan en el subsuelo estuvieron tres días sin atender porque permanecieron cerrados. En esas oficinas son atendidos desde los detenidos que están en un proceso judicial hasta las víctimas. "La gente venía y no podíamos darles turnos, les teníamos que decir que se vayan", aclaró el informante. Además, añadió: "Igualmente tuvimos que cumplir el horario, pero sin atender hasta que desatrancaron y desinfectaron el lugar".
La fuente consultada explicó que los olores y los gases cloacales quedaron en el ambiente, lo cual dificulta sus labores. "Cuando rebalsan las cloacas sale el agua servida con pedazos de excrementos que pasan por nuestros pies", describió sobre la terrible situación.
Ante la inquietud de los profesionales sobre la peligrosidad biológica de trabajar con restos de aguas servidas, desde la Superintendencia les recomendaron que atendieran con barbijos. "El personal no puede usar barbijo. Una persona que viene de la calle nos preguntaría por qué los usamos y no podemos decirles que es porque no nos queremos infectar", aclaró la fuente del Poder Judicial.
Otra excusa que excede la realidad es el motivo de por qué no hay ventanas. "Nos dijeron que no se pueden hacer porque afectan la estética del edificio", dijo la fuente.
En ese subsuelo pasan muchas personas todos los días ya que funcionan las oficinas del Servicio de Psicología, del Servicio Médico y del Servicio Social. Además, hay que sumarle las 30 personas que trabajan en esos tres organismos.
"El subsuelo no estaba pensado para que se lo utilice, pero se incrementó el personal y la atención al público también creció. Se habilitó un lugar para que trabajemos que no estaba previsto", expuso. Los baños también son otro problema. Los profesionales que trabajan en el subsuelo tienen que usar cualquiera de los ocho baños que funcionan (cuatro para mujeres y cuatro para hombres) y que también son de uso público. Y además, debido al desborde, solo pueden ser utilizados para uso mingitorio. "Venimos a trabajar sin baños y no podemos acceder a los otros de la Ciudad Judicial", comentó. A una semana del desborde todo sigue igual. El personal sigue conviviendo todos los días con ese olor nauseabundo. "Estamos atendiendo normalmente y con un olor a cloaca que persiste. Como si nada hubiese pasado", comentó. "La solución sería que nos trasladen a otro piso de la Ciudad Judicial. Este olor tarde o temprano va a subir a los otros pisos y ahí sí va a ser un problema", completó el profesional. La fuente aclaró que todavía las personas que son atendidas no "sienten el olor", y que por ahora no se quejaron.