Bicentenario: un barrio postergado

En el barrio Bicentenario, en la zona oeste alta de la ciudad, hay enormes problemas que necesitan una urgente atención. El deficitario servicio de recolección de basura y la creciente inseguridad en la zona, están entre las principales quejas de sus vecinos.
Además, los habitantes de este barrio postergado de la ciudad, también padecen grandes inconvenientes estructurales. La carencia de un servicio esencial como el agua se ve agravada por la inexistencia de cloacas. La falta de pavimento de las calles es una contrariedad, ya que en las épocas de lluvia el barrio se vuelve intransitable.
Inseguridad
Teresa Alancai, una vecina que vive cerca del canal, afirmó que en el barrio no hay seguridad.
Contó a El Tribuno que la plaza que inauguró la Municipalidad de Salta hace un año, con la finalidad de que dejara de ser un espacio donde se cometían delitos, no tiene mantenimiento y está volviendo a ser tierra de nadie.
"El costado de la plaza volvió a ser un baldío porque la Municipalidad no viene a cortar el pasto", comentó indignada la vecina. Los casos de inseguridad también se vieron agravados porque hay un canal que divide los barrios Palmeritas III de Bicentenario y, por el puente que construyeron para cruzar no pueden transitar autos. "Los que roban salen corriendo para el canal. Se pueden escapar, ya que la policía no los puede seguir", dijo Patricia.
"La policía solo viene cuando uno llama, pero lamentablemente no pueden hacer nada. Sería fundamental que hagan un destacamento por la zona", amplió Teresa.
La basura
"Acá no pasa ni el recolector. A la basura la tenemos que quemar. El camión solo circula por la avenida principal y por Palmeritas", agregó la vecina.
Es común ver en la parte sur del barrio pequeños basurales que se arman en las esquinas o en los baldíos. Teresa Alancai contó a El Tribuno que para muchos vecinos la falta de recolección de basura es un problema porque no saben qué hacer con ella.
Agua y cloacas
Patricia y Carla viven en el barrio desde que se formó. Ambas expresaron a El Tribuno que la falta de agua y cloacas es una preocupación. "Los vecinos de esta cuadra tuvimos que tirar una manguera desde la escuela para tener agua en nuestras casas. Es indignante vivir así", sentenció Patricia.