El martes 27 de julio iba a inaugurar, con bombos y platillos, un moderno computador electrónico. Todos los medios de prensa locales -tres diarios y dos radios- comentaban elogiosamente la nueva tecnología que la Legislatura iba a inaugurar en su recinto de sesiones, en los altos de Mitre 550.
Todo estaba listo y programado para que aquel martes, los diputados abandonaran para siempre la vieja usanza de votar a mano alzada; y los senadores de ponerse formalmente de pie al momento de emitir su voto.
De entonces en más, moviendo una perilla en sus bancas, podrían votar positiva o negativamente, o simplemente hacerse los opas y abstenerse. Eso sí, todo quedaría registrado en la pantalla gigante y a la vista de todo el mundo.
Esa moderna maquina archivaría para siempre -o eso se creía- en el anecdotario legislativo, los amañados conteos que desde la cátedra solían hacerlos secretarios legislativos cuando las votaciones venían peliagudas, y había que echar mano al "dedo chueco" o al ojo tuerto del buen cubero, como solían decir.
Todo estaba listo para que esa tarde del martes 27 de julio de 1965, los diputados salteños ingresaran en tropel a la modernidad pero de improviso se les cruzó Eva Perón.
Los muchachos de la bancada justicialista querían inaugurar el nuevo sistema de audio Philips, con un homenaje a "Evita", por haberse cumplido el día antes (26 de julio), un aniversario más de su muerte.
Esa tarde, luego de que el timbre de la Cámara llamara a sesión, ingresaron al recinto 17 peronistas, tres del Movimiento Federal Democrático (exdurandistas), un Blanco y cuatro de la Unión Provincial. Sumados, la pantalla electrónica usada por primera vez, denunciaba que en el hemiciclo había 26 diputados de los 31 que se necesitaban para el quórum y así poder sesionar.
Vencido el plazo reglamentario, el diputado Juan Emilio Marocco (PJ) solicitó una prórroga de 15 minutos no sin antes criticar ácidamente las ausencias de sus pares radicales del Pueblo y del Movimiento Popular Salteño (durandistas puros). Luego de unos timbrazos más, ingresaron al recinto el representante de la UCRI, dos laboristas y dos blancos más, con los que se logró el número necesario para sesionar.
Luego que se diera lectura a sugestivos pedidos de licencia de varios "borrados", el diputado Mario Rivero (PJ) pidió la palabra para un homenaje. Cuando el presidente Alfredo Aráoz autorizó el pedido, el legislador Solá de la Unión Provincial adelantó que si el homenaje propuesto por Rivero era para la señora Eva Duarte de Perón, "su bancada se retiraría por no estar de acuerdo".
Como Rivero confirmó que así sería, los cuatros conservadores abandonaron el recinto dejando al cuerpo sin quórum.
Ante ello, el diputado Santiago Torrego (UCRI) propuso proseguir con el homenaje, pero el justicialismo no aceptó y abandonó el recinto aclarando el diputado Tomás Ryan (PJ) que postergarían el homenaje "hasta que los gorilas acepten el homenaje a Eva Perón, de la misma forma que en otras oportunidades el peronismo adhirió a los homenajes de figuras prominentes de los partidos ahora ausentes".
Torrego, por su parte, agregó: "Antes los conservadores se negaban a rendir homenaje a Yrigoyen y ahora estos hacen lo mismo con los peronistas...".
Lo que no imaginaron Torrego ni Ryan es que 50 años después, el Partido Justicialista de Salta, no recordaría a Eva Duarte de Perón en el aniversario de su muerte.