Alejandro Christian Luna, el autor de estos artículos, considera la evolución del conocimiento de culturas remotas hasta la actual.
Dice Luna que la evolución de la
Astrología no puede entenderse sin considerar la evolución del pensamiento occidental. En esta segunda parte compartiremos un viaje que va desde las teorías de los físicos, psicólogos y filósofos del medioevo hasta nuestra época.
En el año 1543 se publica el libro "Sobre las revoluciones de los orbes celestes" del astrónomo polaco Nicolás Copérnico. Esta obra comienza a cambiar la visión que el mundo tenía de sí mismo; demostrando mediante la observación y las matemáticas, que la Tierra (junto con los demás planetas) gira alrededor del Sol.
Este cambio de paradigma habilitó una nueva cosmovisión, donde la Tierra (y por ende el ser humano) dejaba de ser el centro del Universo como hasta entonces se creía.
El alemán Johannes Kepler (1571-1630) demostró que los planetas recorren órbitas elípticas y opinó además, que las mismas leyes que regían en este sector del cosmos regían en todo el Universo.
Señaló también la existencia de una fuerza que mantiene a los planetas orbitando alrededor del Sol, fuerza que explicaría la relación entre las fases de la Luna y las mareas.
Galileo Galilei se burlaba de Kepler porque "había dado su consentimiento de que la Luna domina el agua".
Kepler, como astrólogo que era, bien conocía la influencia de la Luna sobre el agua, ya que rige a Cáncer, signo de ese elemento. Y de hecho estaba doblemente en lo cierto. Kepler practicaba la astrología y hacía horóscopos; entre ellos los del Emperador Rodolfo II y el del general Wallenstein. Censuró a la astrología convencional, intentando reformar la disciplina. Advirtió a los críticos de la astrología que "no tiren frutas frescas junto a las podridas".
Jean Baptiste Morin de Villefranche (1583-1656) está considerado como el más grande astrólogo francés. Y aplica la lógica cartesiana al ámbito del saber astrológico, sobre todo al pasarlo por el tamiz de la razón, con método, orden, análisis y con la clarificación de cada argumento.
Para hacer esto, Morin hizo lo mismo que Descartes con la Filosofía, no dar nada por sentado, dudar de todo, construir una astrología desde los mismos cimientos. Vaciarla de los contenidos ptolemeicos que dotaban a cada planeta de "significación universal".
Durante la época de la Ilustración, el arte de hacer horóscopos se extinguió casi completamente; excepto en Inglaterra, donde algunas personas, consideradas bastante excéntricas, seguían interesadas en la ciencia de los astros. A principios del siglo XIX, la astrología en Inglaterra retoma un impulso que luego arrastraría a toda Europa y más tarde a América.
Los astrólogos británicos adaptaron el vocabulario científico para sus analogías simbólicas, como la electricidad y el magnetismo. Por otra parte, la moda del ocultismo (la "sombra" de la época victoriana) también tocaba algunos puntos coincidentes con el hermetismo y la astrología.
La desviación del pensamiento racional iniciada muchas décadas atrás con el romanticismo y mantenida gracias al estudio de la psicología humana profunda, hizo que poco a poco el positivismo fuera menos dogmático y se abriera la posibilidad de que surgiera una nueva astrología.
Una astrología que a finales del siglo XX ya era un verdadero "boom".