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Alejandro Castro Santander: "Los gabinetes son estáticos, y hoy necesitamos una dinámica distinta adentro de las escuelas"

Martes, 01 de noviembre de 2016 01:30
 Alejandro Castro Santander, miembro del Observatorio Internacional de Violencia Escolar. Foto: Pablo Yapura
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Trabaja para que algún día, cuando se hable de violencia, sean solo casos aislados y no generalizados como en algunas escuelas. El investigador y escritor Alejando Castro Santander, en diálogo con El Tribuno, hizo hincapié en la importancia de la prevención primaria y el trabajo conjunto para evitar que la problemática social siga metiéndose en las aulas. También habló sobre los gabinetes interdisciplinarios y las alternativas para trabajar.

En Salta hubo un caso de violencia extrema en la escuela: un alumno hirió con un machete a una docente. Al día siguiente, en una pelea entre estudiantes, uno de ellos amenazó al otro con una punta. ¿Cómo analiza esto?
Cuando uno mira un poco todo lo que es la vida en las escuelas sabemos que se pueden dar muchísimas situaciones, influidos por el mismo contexto de donde vienen los chicos. Te quiero aclarar, y esto está estudiado, que no significa que si una escuela está en una comunidad violenta, esta necesariamente va a ser violenta. Influye mucho cómo se gestiona adentro de la institución, de la población escolar. Nosotros ya no hablamos más de la violencia entre chicos, estamos muy atentos, pero hablamos de conflictos y violencias que se pueden producir entre chicos, docentes, familia, y luego las interrelaciones. En América Latina y el Caribe, según estudios que tenemos y venimos haciendo, esta región es una de las más violentas del mundo. Entonces, uno presume que hay muchas situaciones en las que hay que estar muy atentos adentro de las escuelas y ver cómo empezamos a trabajar.
¿Qué se hace en estos casos de violencia extrema? En este hecho el chico recibirá tutorías hasta que termine el año. ¿Usted cómo lo ve?
Sería una parte nada más. En general, cuando hay hechos de violencia que son por ahí más silenciosos, los que se van son las víctimas. En este caso muy evidente de violencia de un alumno a una docente el mismo chico ya queda muy marcado. Yo creo que es oportuno esto (por las tutorías), pero también me parece que tendría que tener muy buena asistencia, estamos hablando de salud mental también, hay que ver las situaciones familiares. La violencia es una conducta aprehendida y hay que analizarla, descartando que sea un tema de salud mental, si no hay un entorno violento donde el chico está aprehendiendo la violencia, porque no cualquiera lleva un machete en una mochila. Hay que ayudarlo porque no hacemos nada con sacarlo de la escuela. Tenemos que ver cómo hacemos para que ese chico desaprenda la violencia y ver qué hacemos con su futuro.
En estos casos, ¿cómo y cuáles serían las sanciones?
Yo creo que sí hay que tomar medidas, pero en este caso tienen que ser medidas que realmente den un mensaje al resto de la comunidad educativa que vayan modificando conductas.
Los gremios reclamaron protocolos de acción y gabinetes en cada escuela, pero la ministra de Educación ya dijo que eso es imposible...
Yo creo que cada uno tiene que ver cuáles son los recursos reales que se tienen, y como miembro del Observatorio Internacional de Violencia Escolar, que incluye a países de todos los continentes, todos piden que las medidas sean multinivel, empezando por las prevenciones. ¿Estas cuáles son? El protocolo de actuación es la última parte, cuando ya tenemos víctima y victimario. Entonces, nosotros hablamos de prevención primaria, por ejemplo, dirigida a todos los estudiantes y al clima de la escuela que lo hacemos todos, no solo los alumnos, lo que llamamos la alfabetización emocional, la competencia social, trabajar en empatía, asertividad, comunicación, autoestima, desarrollo moral, etcétera. Son pilares básicos del resto de las habilidades sociales. Luego, una prevención secundaria, es cuando aparecen indicadores, uno ya tiene una sospecha y debe intervenir inmediatamente. La tercera es cuando ya tenemos el problema, los protocolos son buenos pero no me resuelven el problema. Nosotros tenemos que estar pensando las otras medidas, ¿cómo hacemos para que los niveles de violencia vayan disminuyendo y tal vez, algún día, podamos decir que son casos excepcionales? No generalizados como en algunas instituciones.
El reclamo por los gabinetes es fuerte, ¿hay otras alternativas?
Hay algunas cosas que podemos hacer si no están todos los profesionales. Se pueden hacer grupos itinerantes, donde se produce un problema va un grupo, pero no estable dentro de la escuela. Ojalá pudiéramos tener más profesionales psicopedagosos, psicólogos, pero el modelo de gabinete psicopedagógico (modelo francés) que tenemos es muy estático, donde yo estoy sentado esperando que me caiga el paciente como si fuera un consultorio, y no es así. Tendrían que ser una especie de departamento de orientación. Hoy necesitamos una dinámica distinta adentro de las escuelas. Hay muchísimas situaciones y en vez de estar esperando que aparezca el problema, cómo puedo hacer yo apuntando a la prevención para estar disponible en distintas situaciones.

Los gremios además denuncian que cada vez son más los casos de violencia contra los docentes. ¿Estos es así?
Eso se puede decir cuando se investiga, cuando se tienen cifras concretas y si se hace un seguimiento. Mientras tanto, queda en el terreno de la percepción.
¿Qué registros tienen del nivel de violencia en las escuelas?
En Argentina, el último estudio se hizo en 2011 con casi 10 mil alumnos; en estos momentos empezamos uno que va a ser un poco más grande. Pero lo importante, más allá de las cifras generales, es que cada escuela mida la temperatura. ¿Qué está pasando en mi escuela?, ¿qué dicen los chicos?, ¿los docentes?, y empezar a trabajar con esa realidad. Las estadísticas son importantes y hay que hacerlas, pero después cada escuela es distinta, no se puede generalizar, me encuentro con realidades que en un lugar es una cosa y en la escuela que está enfrente es otra.
En Salta, ahora el docente está preocupado y pide medidas a raíz del hecho que sucedió. Pero que sepan que las medidas son mucho más de las que piden. Las que están pidiendo tienen que ver con control y el control sirve cuando ya fue. Nosotros hablamos de prevención temprana, para que de a poco no estemos atajando la violencia sino realmente controlando lo que la produce, si no vamos a estar siempre detrás de los acontecimientos.
A través de las redes sociales y los grupos de WhatSapp se viralizan videos de peleas entre chicos, ¿cómo analiza esto?
El fenómeno del video donde los chicos se golpean y el resto lo graba tiene nombre desde hace unos 10 años, se llama happy slapping, la traducción sería algo así como "cachetada feliz" o "golpe feliz", porque lo hacen como algo divertido. Ese es uno de los indicadores que muestra la naturalización que se ha hecho del fenómeno y es un indicador del fracaso educativo. A veces hay palizas armadas entre ellos, justamente, para grabarlo y bajarlo a las redes. Es todo un tema formativo, educativo, empezar a trabajar aspectos de las emociones como la empatía, ser capaz de ponerme en el lugar del otro.
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