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Laberintos humanos. Silogismo errado

Miércoles, 27 de julio de 2016 01:30
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Laberintos humanos. Silogismo errado

¿Pero no dijo usted que se trataba de un trabajador?, le preguntó don Justino a Carla Cruz aclarándole que no era muy afecto a los relatos incoherentes. Si, dije que era trabajador, dijo Carla Cruz. Y ahora nos dice que era vago, dijo don Justino subrayando las palabras para que se comprendiera lo errado del silogismo.

Es cierto, dijo Carla Cruz, en eso hay una contradicción flagrante, pero tengo que decirle que así escuché yo el cuento y, entre la fidelidad a las fuentes o a la lógica, prefiero la primera, sobre todo porque no es demasiado importante saber si era trabajador o perezoso este Vesubio Quispe cuando, de lo que estamos hablando, es de su manía de interpretarse los propios sueños.

Si quieren le pregunto a su viuda, pero ella siempre se quejó más bien de que fuera vago, al menos de lunes a viernes, porque los fines de semana siempre andaba ocupado. ¿En qué?, preguntó don Justino creyendo que así pondría en claro el asunto, y Carla Cruz, con una sonrisa burlona en los labios, le respondió que en interpretarse sus propios sueños, ya se lo dije.

Don Justino le sonrió la chanza, y Carla Cruz, clavando sus ojos en los del narrador de luenga barba blanca, le increpó diciendo que una mujer también podía ser irónica. Una mujer, sin duda que puede serlo, dijo don Justino con saña, lo que me sorprende es que lo sea una niña.

En todo caso, dijo Carla Cruz ya muy enojada y buscando mi mirada, le exijo que, si no me va a tratar igual que a sus personajes varones, al menos lo haga igual que a sus personajes adultos.

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