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River Plate, con equipo alternativo, logró anoche el pase a octavos de final de la Copa Libertadores con el empate 1 a 1 en el Monumental ante Emelec de Ecuador por el grupo 3 y ya piensa en el superclásico ante Boca del próximo domingo por el torneo local.
El millonario es puntero en su zona con 10 unidades y alcanzó así el pasaje a la siguiente instancia, pero no se aseguró aún el primer puesto. River es seguido por Independiente Medellín de Colombia (6), Emelec (4) y Melgar de Perú (3).
La primera parte pasó sin preocupaciones para los dos equipos, aunque River manejó mejor y más la pelota, pero sin un conductor definido, con Iván Rossi como enlace entre volantes y delanteros.
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River, aun con intérpretes diferentes con la mente en Boca, llevó a cabo el plan que es una marca registrada en este año con los laterales al ataque, en busca de la presión alta para no dejar jugar a Emelec.
El equipo de Gallardo mostró buenas intenciones, pero la situación más clara fue del visitante con el remate en el área del salteño Bruno Vides, exjugador de Juventud Antoniana, tras pase de Marcos Mondaini por zona derecha, que se fue por encima del ángulo superior izquierdo cuando iban tres minutos de juego.
La molestia muscular de Olivera motivó el ingreso de Mina, quien no jugaba oficialmente desde la última derrota ante Boca 2-4 en el Monumental.
El millo jugaba mejor que su rival, sin profundidad, pero con la sensación de estar más cerca del primer gol. Un error de Lucas Martínez Quarta, que no pudo corregir Augusto Batalla, habilitó a Preciado y generó el grito ecuatoriano, impensado en un Monumental con buena concurrencia.
Esa conquista despertó a River que en la primera aproximación generó un penal a favor por infracción a Auzqui que Mora cambió por gol.
El contexto también provocó los ingresos de Alario y Driussi con la clara intención de ganar un partido al alcance de la mano y el quiebre del triple cinco con Rossi, Domingo y Arzura.
Sin embargo, River llegó poco al área contraria con un rival que se paró mejor en el campo y apostó a la contra.
Los cánticos de la hinchada contra Boca evidenciaron que la mente ya estaba puesta en el partido del próximo domingo en busca del triunfo en La Bombonera para seguir con chances en el torneo.
En la última jugada, Auzqui, de buena actuación por el sector izquierdo del ataque, estrelló un remate en el travesaño que hubiese significado el éxito y el primer lugar asegurado del grupo 3.
Los jugadores de River se retiraron aplaudidos y con un grito que se propagó en cada rincón del Monumental: “El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que ganar”.