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Justo en el día en el que se cumplieron dos años del bochornoso incidente del gas pimienta en la Bombonera, en aquella recordada serie de octavos de final de Copa Libertadores (14 de mayo de 2015), en ese mismo escenario, a la verdadera “pimienta” en cancha la puso River Plate, al vencer por 3 a 1 a Boca Juniors en una nueva edición del superclásico del fútbol argentino, esta vez por la vigesimocuarta fecha del torneo de Primera División.
No hubo aerosoles ni sustancias tóxicas. Solo fútbol, practicidad, efectividad y una pizca de sacrificio por parte del equipo de Marcelo Gallardo, el único dueño del clásico.
River está más vivo que nunca. No detiene su marcha, volvió a festejar en La Boca como hace tres años con aquel recordado testazo de Ramiro Funes Mori, ganó el superclásico con autoridad, con floreo por momentos y posteriormente con una pizca de sufrimiento, pero con una notable practicidad y efectividad para golpear en los momentos justos cuado más le dolía a un xeneize desconectado, que exhibió pocos argumentos para demostrar por qué es el único líder y aun el principal candidato al título.
Un bombazo de Gastón Martínez en el área imposible de neutralizar para Rossi y una caricia a la red del animal del área Lucas Alario, ambas conquistas en apenas 23 minutos de partido; y el golpe de nocaut de Sebastián Driussi para liquidar el pleito en el epílogo del partido -previo descuento de Fernando Gago con un tiro libre certero que descolocó a Augusto Batalla-, le dieron la victoria al elenco del Muñeco, que ahora pone a River en la pelea y en el franco sueño del campeonato, muy cerca de la cima, al acecho máximo, a cuatro puntos de Boca, pero con un partido menos (que disputará recién en junio, con Atlético Tucumán).
El superclásico no defraudó a nadie, fue emotivo, vibrante, cambiante, con llegadas en ambas áreas y momentos clave para determinar un ganador, como la doble tapada del arquero de River, Augusto Batalla, a 2 minutos del final, cuando Driussi aún no había liquidado el partido.
River fue ampliamente superior en la primera etapa y, a pesar de la temprana lesión de Milton Casco, supo explotar el sector izquierdo del ataque con el ingreso de Camilo Mayada y las gambetas del Pity Martínez.
El equipo de Gallardo aprovechó al máximo los espacios que le dio Boca, cuya defensa fue endeble, con varios de los problemas que exhibió en lo que va del campeonato. Para colmo, el xeneize perdió a Ricardo Centurión por lesión y con ello el desequilibrio de mitad de cancha hacia adelante.
En cada contra se percibía la posibilidad de gol. Y llegó por duplicado: el primero, un remate seco -y sin dejar picar en el campo- del Pity, tras centro de Driussi: y el segundo con otro contraataque, la exquisita asistencia de Martínez a Alario y una definición del 9 que no encontró resistencia en Rossi.
River controló el pleito a gusto y placer y se agrandó con el 2 a 0; sin embargo, paradójicamente, el local encontró el descuento en el momento de aparente mayor desconcierto, con el tiro libre de Gago que terminó cerrándose y colándose en el ángulo ante un Batalla impávido.
En el complemento, lo de River era solo destellos de su gran primer tiempo y los del Mellizo salieron a apretar arriba y tuvieron dos chances clarísimas para empatar: la providencial salvada de Martínez Quarta en la línea (17’) y el cabezazo de Benedetto que se fue apenas desviado (29’).
Pero el fútbol es tan impredecible que un actor puede pasar de villano a héroe en cuestión de minutos. Y ese fue Batalla, que se convirtió en salvador con una doble tapada a dos minutos del final. Hasta que, en una contra, Driussi liquidó el pleito y desató el desahogo de un River que es cosa seria y está más vivo que nunca.
las claves del triunfo millonario
- Todo equipo se construye desde atrás. Y River no es la excepción. Batalla se reivindicó tras su descuido en el descuento con una doble atajada a minutos del final, con el 2-1 parcial.
- En la última línea, Jonathan Maidana sacó todo lo que se le cruzó, junto al juvenil Martínez Quarta. Ponzio también fue gravitante en el clásico, al igual que las escaladas de Moreira.
- La buena actuación colectiva de River, superando a Boca en todas las líneas y demostrando con templanza su poder ofensivo, con el Pity, Alario y Driussi “on-fire”.
el resultado
BOCA 1 RIVER 3
A. Rossi (4) A. Batalla (6)
G. Peruzzi (4) J. Moreira (6)
S. Vergini (3) J. Maidana (6)
J.M. Insaurralde (4) Martínez Quarta (7)
F. Fabra (4) M. Casco (-)
P. Pérez (4) G. Martínez (8)
F. Gago (6) I. Fernández (7)
R. Bentancur (4) L. Ponzio (6)
C. Pavón (4) A. Rojas (5)
D. Benedetto (5) S. Driussi (6)
R. Centurión (-) L. Alario (6)
DT: G. Barros Schelotto DT: M. Gallardo
Goles: PT: 14’ Gonzalo Martínez (RP), 23’ Lucas Alario (RP), 47’ Fernando Gago (BJ). ST: 45’ Sebastián Driussi (RP).
Cambios: PT: 3’ Camilo Mayada por Casco (RP), 16’ Walter Bou por Centurión (BJ). ST: 19’ Rodrigo Mora por Martínez (RP), 23’ Wilmar Barrios por Pérez (BJ) y 27’ Carlos Auzqui por Alario (RP).
Jornada: 24° fecha
Estadio: La Bombonera
Árbitro: Patricio Loustau (6)