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Yala se encuentra a 18 kilómetros al norte de la capital jujeña y es atravesada por la ruta nacional 9. Su nombre tiene dos acepciones: para el investigador Antonio Paleari, signifi ca “lugar de bosque ralo” y la segunda deriva de una leyenda que cuenta la historia de una linda nativa enamorada de un español. La gente se queda con esta última.
Yala cautiva y atrae a todas las personas por su río cristalino, el paisaje, el clima y, sobre todo, su exuberante vegetación.
La localidad forma parte de la reserva de la Biósfera de la Yungas, declarada por la Unesco en 2002.
Uno de los principales atractivos del lugar es el parque provincial Potrero de Yala, ubicado a 28 kilómetros de San Salvador de Jujuy, que alberga un paisaje único integrado por lagunas, ríos y montañas que impactan a los visitantes, creando un marco natural entre la selva de montaña y las majestuosas alturas del Nevado del Chañi.
Dentro del parque se encuentran las Lagunas de Yala, compuesto por hermosos espejos de agua denominados Los Noques, Comedero, Desaguadero y Rodeo, de las cuales solo las tres últimas son accesibles.
Cabe destacar que existen dos lagunas estacionales más que están ubicadas fuera de los límites de la reserva.
La zona está considera un área de importancia para la conservación de aves, ya que cuenta con alrededor de 220 especies. También el parque está considerado un lugar de protección de murciélagos.
Niña Yolanda
- A 5 kilómetros de Yala se encuentra Lozano, donde cada agosto se realiza la serenata a la “Niña Yolanda” en el anfiteatro de esa localidad.
- Ese escenario fue inaugurado en 1995 y lleva el nombre de la artista sin par que conquistó el corazón de los jujeños con la famosa “Zamba de Lozano”.
- Es un festival folclórico para disfrutar del mate cocido, pan casero, comidas regionales mientras en el escenario desfilan artistas, conjuntos musicales de primer nivel y se realizan destrezas criollas.
- En las inmediaciones del pueblo se puede conocer la Casona de la Niña Yolanda, una construcción antigua que recuerda las reuniones y encuentros entre músicos y cantantes que organizaba la anfitriona, Yolanda Pérez de Carenzo, pianista y poeta destacada.