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"La idea inicial es ver si se puede hacer el traspaso de los libros que eran propiedad del señor José Hernández Meyer a la Biblioteca Provincial", dijo Paula Bertini, directora de la institución en diálogo con El Tribuno, haciendo referencia al patrimonio cultural que se encuentra en Zuviría y Ameghino, que se constituyó en una gran librería a cielo abierto de la que muchos salteños se encariñaron.
José Hernández Meyer, "el Uruguayo" como lo conocían todos, falleció el 12 de julio último y estaba rozando los 70 años. Nadie esperaba esta infausta noticia. Los vecinos de la zona lo recuerdan gozando de buena salud y llegando a su librería en bicicleta.
Los libros, historietas, discos y cancioneros quedaron encerrados en esa especie de stands coloridos que fue armando contra la pared de la calle Ameghino casi esquina Zuviría, donde se encuentra un patio de comidas, propiedad de Omar Morales y donde todos los días aparece una flor recordando al "Uruguayo".
Recuperación
"Mañana (por hoy) tengo que reunirme con el señor Omar Morales para ver el estado de los libros, el volumen de la colección y ver si es posible hacer el traspaso a la Biblioteca Provincial", dijo Bertini.
Si bien esa es la idea inicial, todavía no se concretó nada porque primero deben ver los libros, determinar el volumen, el estado de conservación y realizar un inventario.
La especialista agregó que "nosotros tenemos que ir a ver los libros y luego hacer un inventario. Si se pueden incorporar a la biblioteca hay que realizar un acta ante escribano público para recibir la donación"
Desde el municipio
Los hijos de Hernández Meyer, cuando llegaron para repatriar los restos de su padre, labraron un poder a favor de Omar Morales a los fines de que él pudiera disponer de los mismos.
Nicolás Avellaneda, subsecretario de Control Comercial del municipio capitalino, se comunicó con Paula Bertini para ver la posibilidad de que allí puedan ser conservados.
"Esto es un patrimonio cultural muy importante y si no se recupera pronto se comenzará a destruir o deteriorar", agregó Bertini.
Los libros y discos están expuestos al sol, humedad, smog e incluso al daño que pueden producir los roedores. "Al llevar tantos días cerrados este problema se agrava, por eso urge abrir los stands", agregó.
La biblioteca es la institución adecuada para conservarlos porque es un "lugar democrático, plural y abierto en donde la gente viene y puede consultarlos", dijo Bertini.
Los especialistas todavía no han accedido a los volúmenes, por lo tanto desconocen en qué condiciones se encuentran. Deberán trabajar sobre los ejemplares porque la mayoría de ellos son muy antiguos y es de suponer que muchos se encuentren enfermos.
"Si bien no conozco la colección, sé que este señor tenía cosas muy valiosas, de gran valor histórico; cosas únicas porque era un poco un arqueólogo de los libros por así decirlo", dijo la funcionaria.
Hoy es el día D
La reunión prevista para hoy al mediodía será entre el apoderado de la colección, Omar Morales, dos técnicos de la Biblioteca y la directora Paula Bertini. Lo primero será realizar un relevamiento de los libros y luego determinar cuándo se hará el inventario, para lo cual se estima que deberán trasladarlos a la Biblioteca porque es una tarea ardua y lenta que no se puede hacer en la vereda. Además, los especialistas determinarán el estado en que se encuentran. El trabajo comienza hoy, pero no se sabe cuándo concluirá. "Es una tarea delicada que implica una logística especial, con gente, vehículos y demás, para poder trasladar los ejemplares".