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"Cuando tenía cinco años iba a jugar a la casa de una amiguita, en la esquina de la cuadra. Su hermano, de 25 años, siempre nos invitaba a su cuarto y nos daba juguetes. Él se sentaba en la cama y me hacía sentar en su falda, luego hacía movimientos extraños. Yo no entendía lo que él hacía en ese momento pero pasó el tiempo y comprendí que había sido víctima de abuso sexual. Gracias al apoyo de mi familia pude superarlo", relató una joven de 29 años.
Casos como estos salen a la luz día a día y en la mayoría el abusador forma parte del entorno familiar o social de la víctima. Recientemente un individuo de 25 años fue condenado a seis años de prisión por abuso sexual con acceso carnal a una niña, hermana de su pareja. Había sido denunciado por el padre de la nena. La condena fue dictaminada por el juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, Ricardo Martoccia.
Otro hombre, de 42 años, recibió la misma pena por el mismo delito, reiterado, en perjuicio de su cuñada, una joven que posee retraso madurativo. El individuo había sido denunciado por la víctima y la madre de ella, en marzo de 2016 en La Unión. El fallo fue emitido por la jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora.
Diariamente hay una condena por abuso sexual.
Golpeada y embarazada
Seis días atrás, otro sujeto de 44 años fue condenado a ocho años de prisión por golpear, violar, amenazar y dejar embarazada a su hijastra. La víctima tiene hoy 25 años y relató que los abusos comenzaron cuando tenía 14. Él aprovechaba cuando su esposa, madre de la chica, salía de casa o cuando llevaba a su víctima a las obras donde él trabajaba como albañil. Cuando se resistía, él le pegaba. Por los abusos, a los 16 años quedó embarazada. Nunca reveló los abusos porque él la amenazaba con matar a sus hermanos. En diciembre de 2004 nació su hija e intentó escaparse varias veces con ella, pero la obligaban a volver. Entonces huyó sola y en 2006 su madre le entregó a la niña. Pasó un año y cuando estaba internada en el hospital el abusador hizo buscar a la nena con el pretexto de cuidarla. Cuando le dieron el alta fue a buscarla pero él no quiso entregársela hasta que tuviera un lugar donde vivir. Consiguió, entonces, un terreno en barrio Bicentenario y volvió a buscarla, pero él la retuvo una vez más. El 30 de octubre de 2016 la chica se llevó a su hija de la escuela, temía que el acusado también la sometiera a maltratos y abusos. Ese día él fue a la casa de ella, intentó golpearla y amenazó con incendiar todo. Una vecina lo escuchó y se acercó a ayudarla.
Contagiadas con gonorrea
El 31 de marzo, en el Hospital Materno Infantil detectaron que una nena de 3 años estaba contagiada con gonorrea. Los médicos avisaron a la Justicia y se abrió una investigación. El 2 de abril, por pedido de la Fiscalía Penal de la Unidad de Delitos Sexuales, se confirmó que su hermanita de 8 sufría la misma enfermedad; también había sido abusada. Una rápida investigación, con testimoniales, cámara Gesell y estudios al entorno familiar, determinó que un tío sería el abusador. El hombre fue detenido.
A mediados de junio, otro caso similar, de una niña de 4 años que llegó al hospital con la misma enfermedad salió a la luz. Ella también había sido abusada.
El 10 de agosto una mujer denunció que su hija de 14 años había sido abusada por un concejal en la ciudad de Metán.
El mismo día otra madre denunció que su hijo de 16 años había sido sometido por una mujer 24 años mayor que él en la ciudad de Rosario de la Frontera. Sobre este caso, la Justicia emitió un oficio que impide la publicación de información a los fines de proteger el derecho a la intimidad del adolescente, tal como lo contempla la Constitución Nacional, tratados y la Ley 26.061 de Protección Integral de Niños, Niñas y adolescentes.
Un drama en cifras
La epidemia social va en aumento. Un total de 411 denuncias fueron radicadas desde el 1 de enero de 2017 hasta el 31 de agosto en el Distrito Judicial Centro, que abarca la capital y otros 13 departamentos.
Según las estadísticas del Poder Judicial, en los últimos ocho meses hubo más de una denuncia diaria (1,6 arroja el cálculo del promedio).
Del total de denuncias, 155 son por abuso sexual simple; 127 por abuso sexual con acceso carnal; 56 por abuso sexual gravemente ultrajante, 35 por abuso sexual con acceso carnal calificado; 23 por abuso sexual gravemente ultrajante calificado y 15 por abuso sexual simple calificado.
Según los últimos datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, en 2016 en el país se registraron 250 víctimas de violaciones; 110 casos fueron denunciados en la capital salteña, con una tasa total de 18,4 cada 100.000 habitantes. A nivel nacional la tasa fue de 8,5.
Expertos aseguran que actualmente hay un mayor nivel de visibilización y sensibilización de la problemática en la sociedad, "ahora las víctimas se animan a hablar y denunciar", dicen. Pero el flagelo no cesa.