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No hay duda de que si el sol tiene una sede, ese lugar es Cafayate. Sentarse en la plaza a observar el devenir de este pueblo calchaquí siempre es un tibio placer al abrigo del sol que caracteriza el paisaje. Por eso, una vieja fuente ubicada en la entrada de esta ciudad, arruinada y abandonada desde los años 70, está siendo restaurada por iniciativa de la Municipalidad cafayateña, de la mano del genial artista Sacha Haro Galli, cuyas manos hacen hablar a la arcilla calchaquí.
Desde ese poder para expresar sin decir, para decir amasando el barro y horneando, Sacha le contó a El Tribuno: "Por iniciativa de la intendencia de Cafayate se decidió empezar a restaurar esta fuente abandonada y para darle el simbolismo que debe tener algo tan icónico, propuse colocar este sol convidando vino torrontés a la Pachamama. Todo fue diseñado y hecho con mis manos en cerámica de un metro por un metro, además de baldosas caladas de las mismas características con la marca oficial Cafayate". Lo novedoso y singular de esta recuperación de un símbolo más de todos los que tiene esta ciudad que atrapa con su encanto eterno, es que también, con la fuente, se recuperó un viejo slogan que definía a Cafayate: "Aquí vive el sol", y que quedó perdido en la modernización de los años que pasaron entre los "90 y estos días. "Me da mucha emoción poder recuperar objetos propios de estas tierras, que la gente de antaño recuerda y que ya no están. Pienso que Cafayate no debería perder su mística, su encanto artesanal, nunca. Por eso recuperar la vieja frase "Aquí vive el sol' que se había colocado en los 70 y en los 90 se cayó y se perdió, para mí es importante y está ahora en la fuente", concluyó el artista.