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Con la llegada de Al Attiyah el Dakar está listo para empezar

El jeque de Qatar realizó las verificaciones técnicas y causó una revolución en Lima. Amable como pocos, le dijo a El Tribuno: “Vengo a divertirme”. El Dakar larga mañana.
Jueves, 04 de enero de 2018 22:12
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Se dice que una persona es humilde cuando sus recursos económicos son bastante bajos y, contrariamente, mientras mayor sea su caudal económico, se la considera más lejos de la sencillez. Nasser Al Attiyah demuestra, sin quererlo, que ese preconcepto está errado, al menos en él.
Cuando llegó ayer al edificio de las verificaciones técnicas en Lima, 48 horas antes del inicio del Dakar, causó una revolución y no dejó de saludar a cada persona que lo solicitó, se sacó fotos y dijo a El Tribuno cuál es el motivo de su nueva participación.
Pese a no querer destacarse sobre el resto fuera de la carrera, es imposible que Al Attiyah pase desapercibido en cualquier parte del mundo, especialmente en un lugar donde está lleno de competidores y fanáticos de los fierros. Es un gran deportista, pero también es multimillonario, por ser miembro de una de las principales familias de Qatar. El piloto de Toyota es primo hermano del actual emir de ese país, una relación que le otorga el título de jeque.
Compite en el Dakar desde 2004, es considerado uno de los más importantes del mundo, donde logró un total 25 triunfos de etapa y, por si fuera poco, Nasser es un deportista olímpico de tiro al plato, ya que participó en diferentes JJOO. En Londres 2012 logró quedarse con la medalla de bronce. 
Ayer, a las 15 de Perú (dos menos que en Argentina), hizo su ingreso a la base aérea de Las Palmas. Sin acompañantes a su alrededor, mucho menos seguridad privada, empezó a llenar la documentación precisa para la competencia, como cualquier hijo de vecino, o mejor dicho como cualquier piloto, periodista, mecánico o integrante de la organización. Pasó por los diferentes boxes y posó con todos.
“Me siento muy bien, con muchas gracias, vengo a divertirme”, respondió ante la consulta de El Tribuno.
Nasser recibió cientos de flashes fotográficos, dio decenas de besos y apretó la mano al menos una veintena de personas. Nunca se quejó.
Su humildad no es una pantalla, ni siquiera le interesa figurar en los diarios o cadenas televisivas. Poco se conoce de él, especialmente sobre los actos de beneficencia que realiza.
Años atrás tuvo problemas en el desierto de Abu Dhabi, cuando se atascó en la arena. Un piloto lo vio y se bajó a ayudarlo: el español Jesús Calleja. Su devolución fue pagarle el rally Dakar siguiente. “Ese día iba en buena posición. Perdí horas, pero remolcamos a Nasser y lo saqué del lío”, dijo Calleja respecto al accidente del qatarí.
Jesús no pensaba correr el Dakar, pero Nasser lo convenció y le dijo que iba a apoyarlo con los gastos de inscripción de la competencia (25 mil euros). La gente se enteró obviamente por Calleja, no por Al Attiyah.
Muchos pilotos comentaron, con el paso del tiempo, intimidades que solo eran conocidas entre colegas. “Nasser pasa por los pueblos dejando donaciones, pero no quiere que se entere la prensa”. Núñez, el competidor salteño, contó a El Tribuno que “Al Attiyah lo hace sin la presencia de nadie. Deja dinero y juguetes para los niños”. 

Domaszewski, presente

Daniel Domaszewski también dice presente en esta nueva edición del Dakar. El piloto participará una vez más en la categoría cuatriciclos, con la numeración 258 y por sexta vez. Al igual que Al Attiyah, se mostró entusiasmado en la sala de verificación y le dijo a El Tribuno: “Estamos muy bien para este año”. Domaszewski vive en EEUU pero tiene relación directa con Salta, a donde concurre en vacaciones y tiene un hermano viviendo acá. 

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