Cada vez se detecta a más conductores ebrios en las rutas salteñas. En 2017, se realizaron 150.000 test de alcoholemia y se aplicaron multas a 5.500 personas que habían tomado antes de manejar. El promedio es de 105 casos por fin de semana, según estadísticas del Ministerio de Seguridad.
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Cada vez se detecta a más conductores ebrios en las rutas salteñas. En 2017, se realizaron 150.000 test de alcoholemia y se aplicaron multas a 5.500 personas que habían tomado antes de manejar. El promedio es de 105 casos por fin de semana, según estadísticas del Ministerio de Seguridad.
En 2016 hubo 5.114 pruebas positivas, a razón de 98 por fin de semana, lo que significa que en 2017 hubo un incremento del 7,5%.
De acuerdo a los datos oficiales, en 2017 se controlaron 380.000 vehículos y se labraron 50.000 infracciones. El 80 por ciento de las actas se hizo por violaciones a la ley nacional de tránsito, lo que incluye falta de cinturón, luces y documentación, entre otras faltas.
El 20 por ciento restante fue por alcoholemia positiva o por transporte ilegal de pasajeros.
"Para nosotros el balance de la ley de tolerancia cero es positivo, ya que se genera conciencia en la sociedad, lo que es difícil de medir en números porque que desde 2014 hasta hoy creció la población, el parque automotor y se incrementaron los controles también debido a que hay más personal en la Policía Vial", manifestó el director de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, Diego Figallo.
El funcionario asegura que hoy existe un mayor nivel de información. "Uno lo vive, lo ve. En la vida cotidiana, es común escuchar a alguien que manifiesta que no va a tomar bebidas alcohólicas porque debe conducir su vehículo y aprobar el control. La gente se cuida más, está asumiendo responsabilidad, tomando conciencia. Esto no quiere decir que estamos en una situación ideal. Debemos seguir trabajando muchísimo", expresó.
La ley de tolerancia cero prevé que con 0,1 gramos de alcohol por litro de sangre corresponde una sanción. A mayor cantidad de alcohol, cabe una sanción más dura. Por arriba de un gramo se inhabilita al conductor a manejar a partir de un año, hasta cinco, según el caso.
"Son multas severas. Cuando a un conductor le retienen el vehículo o carnet, lo quiere recuperar porque es su medio de movilidad o trabajo, pero de esta manera se genera conciencia", sostuvo Figallo.
Hay 65 alcoholímetros activos en la provincia, distribuidos en las unidades regionales. "Los vamos renovando. Cada seis meses se calibran en Buenos Aires", destacó el funcionario.
El año pasado cerró con 202 víctimas fatales en siniestros viales, mientras que en 2016 se habían registrado 212. Hubo una disminución. "Si bien fue poca la merma y no puedo decir que sea positivo que haya 10 muertes menos, lo que es positivo es que se siga concientizando a la población para llegar a un cambio cultural, que es lo más difícil, pero se logra con trabajo sostenido", manifestó, al tiempo que anticipó que se llevará adelante la campaña Verano Seguro y que se reforzarán los controles de alcoholemia en carpas y festivales en los Valles Calchaquíes.
"Tenemos que lograr que toda la gente sepa que está instalada la ley provincial 7.846 y rige por completo en la Provincia. La Policía de Seguridad Vial puede controlar las rutas nacionales y provinciales. Pero para entrar en el ejido municipal tiene que existir un convenio, lo cual no quita que la Policía Vial pueda hacer controles en cualquier localidad, no así el acta de infracción", explicó.
Desde la Agencia Provincial de Seguridad Vial impulsan, además, la firma de los convenios de ordenamiento y control vehicular con los municipios.
"Firmamos con Orán y Vaqueros y realizamos las capacitaciones allí. También planificamos controles conjuntos y operativos. Además, estamos implementando foros de seguridad vial en los que especialistas de diferentes sectores analizan la siniestralidad y buscan soluciones", finalizó el funcionario.