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26 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Marquitos, uno de los imputados, señaló que le "plantaron la prueba"

Hoy a las 8.30 en la Sala VII serán los alegatos y los magistrados darían la sentencia.Marcos Romero y Pérez Anze, acusados del homicidio de los abuelitos, negaron las acusaciones.
Miércoles, 30 de mayo de 2018 00:00
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Los abogados defensores de Chuky y Marquitos solicitaron a su "señoría" que les diera la oportunidad a los imputados de pasar al frente. La presidenta del Tribunal colegiado de la Sala VII, Paola Marocco, acompañada por Federico Diez y Francisco Mascarello (vocales), dio el "ok" y todos se disponían a escuchar a Carlos Alejandro Pérez Anze (Chuky) y Marcos David Romero (Marquitos), acusados del "doble homicidio criminis causa en concurso real" en perjuicio de Vicenta Sarapura (72) y Juan Romero (88). Hoy, a las 8.30, se realizarán los alegatos y se dará la sentencia.

El primero en sentarse en el banquillo fue Pérez Anze, conocido en el barrio 20 de Febrero como "Chuky". Lo primero en señalar y dejar en claro fue: "Cometí muchos errores en mi vida, pero no sería capaz de matar a dos abuelitos", momento en que le dio el pésame a la familia de la víctima. Según lo referido durante las audiencias de debate se conoció que el imputado solía ayudar a su madre en un puesto de revistas, a pregunta del representante del Ministerio Público Fiscal, Pablo Rivero, sobre los horarios Chuky señaló que no cumplía horarios fijos.

En la madrugada del martes 23 de junio de 2015 ocurrió el doble crimen. Chuky explicó que ese día llegó del quiosco y se puso a cocinar, prendió el televisor y se enteró del homicidio. Mientras, la noche anterior se quedó hasta cerca de las dos de la mañana con un amigo. Antes, había estado con Marquitos, cerca de las 18 del lunes 22 de junio de 2015. En ese momento el fiscal marca algunas contradicciones respecto al horario que tuvieron las horas previas al horror en calle Maipú al 900 en el barrio 20 de Febrero. El funcionario también indagó sobre las huellas de la zapatilla de Pérez Anze halladas en la escena del crimen.

Sobre las zapatillas secuestradas en su casa, Chuky apuntó que él siempre prestaba su ropa y no recordó con exactitud si esa semana había prestado sus zapatillas. El acusado no supo explicar por qué durante ese lapso de tiempo su tarjeta de Saeta no registraba movimientos, expresando que se manejaba con más de una tarjeta. Consultado por uno de sus defensores, el doctor Guillermo Lizárraga, sobre un allanamiento efectuado en su casa Pérez Anze expresó que en ese momento sintió temor de que le "planten" algo. "Esa noche -previo al crimen- estuve con mi novio -Emilia- y un amigo, Eric", sostuvo.

Igual que su amigo, Carlos Pérez Anze (30) negó haber estado esa madrugada deambulando en la zona, haber ingresado a la casa de los abuelos y planificado un crimen para robar. "No soy de salir a robar", dijo y no negó que en varias oportunidades empeñó objetos para comprar drogas pero "me iba a consumir a mi casa". Antes de terminar con su descargo Chuky pidió que se haga justicia por la muerte de los abuelitos.

"Quisieron tapar el sol con un dedo"

A su turno, Marquitos ocupó el lugar de su amigo al frente de los jueces, negó los cargos en su contra, el día previo al homicidio dijo haber estado en la casa de Chuky cerca de las 19.30 donde compartieron "un cuarto de vino y una bolsa de pasta base", vieron un partido y se fue "a las 22.30". Siguiendo con el relato de Marcos David Romero de 31 años, dijo que esa noche tras llegar a su casa habló con sus abuelos y se acostó. Chateó por WhatsApp con amigos y familiares y se durmió.

En la parada de calles Alberdi y Alvarado, al día siguiente, Marquitos sostuvo que salió nuevamente a trabajar en el taxi del padre. Regresó cerca de las 12.30 observando un movimiento inusual en el barrio y más precisamente en la calle Maipú al 900, donde en horas de la madrugada asesinaron a los abuelos Vicenta Sarapura (72) y Juan Romero (88) de varias puñaladas. Recién en la cooperativa, donde según el imputado trabajaba en la elaboración y venta de cucuruchos, se enteró mirando la televisión que en su barrio habían matado a dos indefensos abuelos.

A raíz de la consulta del fiscal, sobre la huella encontrada en un sobre de símil cuero que pertenecía a la víctima Juan Romero, el acusado se acomodó y comenzó a hablar. Antes de ir al tema en cuestión Marquitos aclaró que transcurrido un tiempo prudencial del crimen recibió una llamada de un tal "Sergio", quien le preguntó si era Marquitos y le colgó. Luego siguió con la cronología de lo acontecido el día del crimen. "Llegó a mi casa el oficial Bautista" junto a otros policías a quienes reconocía porque ya lo habían indagado.

"Bautista me comunicó en ese momento que quedaba detenido y entré en estado de shock", dijo Romero y agregó que durante el traslado los policías lo maltrataron, que en el interior del móvil policial viajaban policías de civil. Al llegar a las oficinas del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) el imputado contó: "Me comenzaron a hacer preguntas y me pidieron que tirara un nombre y me negué porque no estoy involucrado en el tema", expresó Marquitos. Según sus declaraciones no ahondó en detalles frente al juez de Garantías del supuesto padecimiento porque no se daba cuenta de que estaba siendo "víctima de un complot".

Le siguieron pegando y le pidieron que les pasara un sobre que estaba en un escritorio. Él obedeció. "No sabía que me harían semejante daño al plantarme la huella", expresó el acusado cuando se le mostró el acta que él firmó durante sus declaraciones en el Juzgado de Garantías. "Me están acusado de algo que no hice, al inculparme quieren tapar el sol con un dedo".

 

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