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9 de Julio,  Salta, Centro, Argentina
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"No pregunto por el delito, somos todos pecadores"

Un sacerdote contó cómo es el trabajo comunitario de jóvenes con causas penales en su iglesia.
Lunes, 09 de julio de 2018 00:00
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Hace días se conoció la noticia sobre la suspensión del juicio a prueba a un joven de 21 años. La jueza ordenó que asista durante seis meses a la iglesia de Santa Ana I para realizar tareas comunitarias a cambio de no seguir adelante con las acciones legales en su contra.

El hombre comenzó a cumplir con la indicación judicial en mayo. Es la tercera persona que asiste la iglesia del barrio del sur de la capital para evitar llegar a juicio. Para el sacerdote Carlos Gamboa, que trabaja hace seis años en la zona, las tareas comunitarias en la iglesia no son solo una oportunidad de cumplir con la ley, sino además, un camino para tejer nuevos vínculos y vislumbrar otros resultados.

"Viene, se acerca, charla, tiene un momento para desahogarse, te cuenta. Lo ayudás a ser responsable, le enseñás valores", le afirmó ayer a El Tribuno, luego de la misa del domingo.

Para el sacerdote, "la probation siempre ayuda", por lo que en estos días aceptó a una persona más para hacer trabajo comunitario.

La iglesia de Santa Ana I, lugar que dispuso la jueza para la recuperación del joven. Pablo Yapura

El padre lleva acabo una tarea de contención y evita cualquier tipo de juicio. Se enteró por las noticias del delito por el que estaba denunciado el joven que ahora lo asiste con las tareas de limpieza, arreglos y mantenimiento de la iglesia.

"El juez te manda la carátula, pero nunca dice el delito, y yo no pregunto. Si hay mucha confianza, luego de mucho tiempo, le pregunto: "¿qué has hecho chango?', y te cuenta. Normalmente son problemas familiares o robos", aseguró.

Quien desee realizar tareas comunitarias debe buscar el lugar y proponérselo al juez. Si bien la probation se puede hacer en cualquier iglesia, queda a criterio del sacerdote si acepta.

"Me parece bien, es ejemplificador. Ahora, hay que ver si la persona se adapta a esas circunstancias, si cumple. Pero el padre Gamboa es bien recto, así que yo pienso que lo va a hacer entrar por la tangente", aseguró Néstor Cardozo, un vecino que vive en inmediaciones de la iglesia.

"Les digo que yo los acepto si son responsables", señaló el religioso. Al acceder, el sacerdote diagrama una planilla que se va llenando con las jornadas cumplidas. Son seis horas mensuales que se cumplen cada fin de semana. "Por el trabajo, generalmente eligen los fines de semana", explicó el sacerdote.

Si bien, en el barrio de la zona sur "todos se conocen", en esta oportunidad el padre no conocía al joven, pero sí al hermano por haber oficiado la misa del funeral de su madre, que murió hace algunos meses.

Sobre si cuenta con el acompañamiento de los vecinos en su decisión de abrirles las puertas de la iglesia a los mismos jóvenes que asaltan muchas veces en el barrio, el sacerdote aseguró que los feligreses están de acuerdo. "No tenemos la actitud de condenar, somos todos pecadores, siempre hay algo por qué pedir perdón y la gente lo tiene muy en claro", expresó.

La iglesia es el lugar elegido para la probation, pero no es obligatorio ser católico. "La obligación no es ir a misa, porque puede que no sean católicos. No les pregunto su religión. Como en el barrio sos una institución comunitaria , los mandan a la iglesia y podemos trabajar", explicó el sacerdote.

Robo y problemas de adicción

El joven que concurre a la iglesia de Santa Ana I para realizar tareas comunitarias bajo “probation”, robó el año pasado un comercio a mano armada en un barrio de zona sur. Por el delito, fue acusado bajo la carátula “robo agravado por el uso de arma”. 

La jueza de Garantías 8, Claudia Puertas fue quien accedió a la suspensión del juicio a prueba y aprobó el pedido del joven de 21 años, quien propuso realizar trabajo comunitario en la iglesia de Santa Ana. 

Además de ordenar que asista al centro religioso durante seis meses, Puertas impuso que el acusado fijara domicilio y comunicara cualquier tipo de cambio.

El problema de adicciones del joven fue tenido en cuenta por la letrada, por lo que también le indicó no consumir drogas ni bebidas alcohólicas, realizar tratamientos psicológicos y no cometer nuevamente delitos. 

En el fallo también se tuvo por ofrecida “una suma de dinero en concepto de reparación del daño causado”. Los controles de conducta serán realizados de manera semestral por la Secretaría de Control de Suspensión del Juicio a Prueba del Poder Judicial de Salta.

El sacerdote Carlos Gamboa, todos los domingos desde mayo recibe al joven para que realice tareas de mantenimiento, reparación y limpieza de la iglesia. “Son seis horas mensuales”, detalló el sacerdote. 
 

 

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