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El despacho del presidente del bloque de diputados nacionales del PRO está cerrado. Nicolás Massot se encuentra cursando una beca en Yale para lo cual pidió licencia hasta fin de su mandato. Claro que, si lo deseara o se necesitara su presencia para alguna votación clave, podría volver.
Lo que llamó la atención esta semana es ver la puerta de la oficina de Massot abierta. Y adentro... nada... excepto baldes de pintura y elementos para acondicionarla.
Según trascendió, el despacho en Palacio del Congreso está siendo refaccionado para dejarlo en condiciones para quien lo ocupe a partir del recambio del 10 de diciembre. Ya en enero del 2018 hicieron una obra importante de recuperación de los techos. Había humedad producto de filtraciones. Pero como son frescos y es una obra que lleva tiempo, no llegaron a completarla por lo que los encargados de mantenimiento resolvieron aprovechar la ausencia del legislador. Dicen que la puesta a punto lleva mucho tiempo porque se trabaja con pinceles y cepillos muy pequeños y para combatir los hongos tienen que dejar actuar los químicos que usan.
Massot no renovará su banca y planea reconstruirse políticamente junto con Emilio Monzó tras algunas amarguras dentro de su propio espacio. Ambos armarán una consultora mientras resisten varias ofertas de la oposición.
Antes del viaje del diputado solía compartir el despacho con Sebastián García De Luca, un diputado que tendrá peso en el futuro Congreso, sostienen. Tal vez herede la oficina de Massot pero para eso antes el diputado entregará la llave al presidente de la Cámara de Diputados.
Es tradición que haya roces entre los que se quedan y los nuevos legisladores por la ocupación de las oficinas, no todas del mismo rango, medidas ni comodidad. De todos modos en Cambiemos hay quienes confían en que el buen diálogo que tienen con Sergio Massa, quien si gana la elección se supone será el próximo titular de la cámara baja, no tendrán problemas cuando el tigrense asigne los lugares libres.
Fuente: Infobae