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Estuvo a punto de morir electrocutada una joven de 22 años que fue "chupada" literalmente por un poste electrificado mientras se desataba una torrencial tormenta en Rosario de Lerma.
Agustina Moya, de 22 años, iba caminando por una vereda de la calle 9 de Julio, cuando un poste del alumbrado público le propinó una descarga eléctrica a ella y a dos de sus amigos.
En principio sus compañeros pudieron zafar del golpe de corriente, pero Agustina quedó prendida por el tobillo de su pierna izquierda.
Desde ese momento en adelante fue una odisea poder rescatarla. Entre gritos y pedidos de auxilio, la joven estuvo alrededor de 20 minutos succionada por la corriente eléctrica.
De no ser por la valiente acción de un policía, que atinó a "despegarla" con una madera de la trampa mortal en la que había caído, la joven no podría estar contando la dura experiencia.
Fue el domingo a eso de las 10 de la noche. El relato es desgarrador y hasta indignante por cómo se precipitaron los acontecimientos en unas pocas horas. Más allá de lo fortuito y lo accidental, un cúmulo de inoperancias en cadena casi le cuesta la vida a Agustina y a sus amigos. El Tribuno pudo acceder a hablar con ella y con Paula, su mejor amiga, quien la acompañaba ese día en Rosario de Lerma.
"Fueron varios minutos de desesperación, sentí que se me iba la vida. Mi cuerpo no reaccionaba y me sentía muy débil. Gracias a Dios apareció este policía que estaba de civil. No solo que me salvó, también me acompañó al hospital para saber cómo estaba mi salud", relata entre sollozos la joven que es del barrio Chartas, de Cerrillos.
El domingo, Moya junto a sus amigos habían salido de la carpa del Club Olimpia Oriental a eso de las 22 porque el baile se suspendió por la lluvia. Cuando se aprestaba a llegar a la parada del colectivo, por la calle 9 de Julio, a escasas dos cuadras de la plaza principal de la ciudad, por una vereda, un poste del alumbrado callejero absorbió a la joven. "Mis amigos intentaron sacarme tirándome de la mochila, pero a ellos les daba la corriente. Sentía que me quemaba toda, comenzaba a salirme sangre por la nariz y la boca. Pasaron varios minutos, cuando me auxilió un policía que estaba de franco. Un vecino de esa vereda le acercó un palo. Con esa madera me golpeó el tobillo y la pierna para desprenderlos del poste".
Agustina reclama que una patrulla policial había llegada antes, y que esos policías no se bajaron nunca, hasta que apareció su salvador.
Denuncia
Asentó la denuncia este martes en la comisaría n´ 14 de Rosario de Lerma en busca de responsables. Tampoco entiende el por qué, luego de dos horas de estar en observación, le dieron el alta sólo con un control de presión y sin realizarle ningún otro tipo de estudios, a pesar de su fuertes dolores en el cuerpo, y que haya sangrado por la nariz y la boca al momento que fue auxiliada.
"Tengo dolores en todo mi cuerpo. No escucho bien. Mis músculos me duelen horrores. Estoy pasando por una pesadilla. Quiero que me ayuden, temo de quedar con secuelas. No fue nuestra culpa. Yo fui a Rosario de Lerma a divertirme. Casi me muero" reclamó la joven.
Agustina destacó la acción de Javier Maita, el policía que estaba de licencia y se bajó de su auto al ver que necesitan ayuda para salvarla. También aclaró la versión que circula en algunos medios haciendo referencia que fue arrastrada por las aguas, y por quedar aprisionada en un poste, le dio el golpe de corriente. "No es cierto ese relato. Nosotros pasábamos caminando por la vereda, y ese poste me chupó. A todos nos dio la corriente" aseguró.
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