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Con el característico baile sincronizado, saltos, giros y zapateo se exhibieron los varones con su vestuario de lentejuelas vuelos y bulliciosos cascabeles en las botas. Mientras, las mujeres brillaron con sus vestidos con hombreras y polleras cortas que agitaron con movimientos de cintura en cada paso, más largas trenzas terminadas en coloridos pompones.
Así pasó ayer por la redacción de diario El Tribuno un pequeño grupo de caporales de la Agrupación San Simón Inmortal, como una muestra del despliegue artístico que se podrá disfrutar en la víspera de carnaval y los dos días destinados por calendario a la festividad.
Desde el viernes y hasta el martes inclusive los Corsos de la Agrupación Albahaca habilitarán nuevamente el corsódromo en avenida Juan Pablo II, (al costado del Estadio Padre Martearena), a partir de las 21 para el disfrute de los últimos desfiles antes del entierro del carnaval.
En la oportunidad 23 agrupaciones de comparsas, caporales, tinkus, murgas artísticas, humorísticas e individuales desfilarán para que las familias puedan acercarse a pasar un gran momento.
“La particularidad de este fin de semana estará en la participación de agrupaciones infantiles que se acercaron desde distintos puntos de la ciudad para participar del desfile carnestolendo”, comentó José Luis Nina, tesorero de la Asociación Albahaca.
La Agrupación San Simón Inmortal tiene un total de 140 integrantes, lo que la coloca entre las más numerosas de los corsos salteños y según comentó Rodrigo Nina, su director lo que se ve tiene por detrás un arduo trabajo que inicia en el mes de mayo hasta el siguiente carnaval.
“Participa toda la familia y hasta amigos en la preparación para el carnaval, bordando un aplique, pegando alguna bota, cosiendo perlas y todo lo relacionado a los elaborados trajes que se pueden ver en el desfile”, indicó el director.
Corsos y caporales
Hablar de caporales remite sin dudas al origen boliviano de la danza que inspirada en el personaje del Caporal de la saya poco a poco comenzó a adentrarse en los corsos del norte argentino.
Entre la resistencia y el desdén de algunos y la admiración de otros, la participación de estas agrupaciones en los desfiles de carnaval generan siempre comentarios a favor y en contra de la integración de la cultura boliviana.
Lo cierto es que el colorido de sus trajes, el inconfundible sonido de los cascabeles y el ritmo incasable de su baile pintan los corsos de los distintos puntos de la ciudad y la pr ovincia.