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Agrupaciones locales de murgas, comparsas, sayas, batucadas y grupos originarios de pim pines, serán este segundo fin de semana protagonistas del tradicional Corso Color que se realiza en Tartagal pero con notorios cambios según lo determinaron las nuevas autoridades de la comuna.
Este año, según ya se anunció, con el objeto de abaratar costos, no vendrán grupos contratados desde otras provincias como Corrientes o Entre Ríos que convocaban la mayoría del público norteño. Además de ser estrictos con el horario, se estableció que dentro del circuito no se vendan bebidas alcohólicas y se aumentaron las tarifas para los vendedores ambulantes.
Preocupados por la escasa concurrencia de público que los afecta en forma directa los vendedores ambulantes reclamaron airadamente en los medios de comunicación local, más aún por las restricciones que se impusieron en cuanto a la venta de bebidas alcohólicas y el aumento de las tasas para vender en el circuito.
“Nosotros le dijimos a (la directora de cultura) Carina Zuleta y ahora queremos decírselo al intendente Mimessi. La gente no va al corso porque entre el precio de la entrada, la nieve, lo que consume adentro se justifica si vienen números de afuera. La gente ve todas las noches los mismos grupos de aquí y lógicamente se cansa, ya no quiere venir”, explicó un matrimonio de vendedores.
La preocupación de otro grupo de mujeres pasó por “lo que tenemos que pagar por piso, sillas y mesas. Se aumentó todo el doble y como no nos dejan vender ni una lata de cerveza nos perjudican a nosotros pero hay otros que venden lo que quieren. Lo que compramos para el primer fin de semana de mercadería ya no sirve y hemos invertido nuestro poco dinero”.
“Eso no lo recuperamos más”, explicaron los trabajadoras ambulantes.