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Los delincuentes ingresan a las viviendas, roban usando cuchillos y machetes y tienen aterrorizados a decenas de vecinos de Villa Güemes y Santa Rita. Pero lo insólito de la situación es que los vecinos los identifican con nombres y apellido porque de hecho han sufrido amenazas permanentes, robos y el ingreso de los malvivientes a sus domicilio como "Juan por su casa". Las veces que van detenidos los malvivientes se encargan de hacerles saber a quienes los denuncian que en un par de semanas estarán de vuelta. Y lo triste y angustiante de la situación es que siempre tienen razón porque la policía tiene registradas una decena de detenciones. Pero el criterio de la fiscalía penal que le toca actuar tiene otro al parecer por eso recuperan la libertad en cuestión de días.
Vecinos golpeados por reclamar seguridad
El fin de semana anterior fue de terror para varios vecinos que residen en la zona oeste de Tartagal entre Villa Güemes y Santa Rita sobre las calles Salta, Laprida, Magallanes entre otras en especial para una jóven docente, mamá de dos nenas quien vive con su mamá cuando vieron en el patio de la vivienda, a uno de los hermanos Orellana. Mayra, la jóven educadora recordó que "cuando lo ví en el patio aseguré la puerta para que no ingrese donde estaban mi mamá con mis nenas y por el costado de la casa corrí hacia la calle a pedirle ayuda a mis vecinos que vinieron porque ellos también padecen hace años por el accionar delictivo de este muchacho. Pero él tranquilamente saltó por los techos de los vecinos con total desparpajo" relató la jóven.
Los vecinos llamaron al menos 6 veces "al 911 al punto que todo pasó a las 21.30 y recién llegaron dos horas más tarde. Estábamos todos los vecinos juntos y el personal policial se molestó con nosotros, al punto que a un vecino lo lesionaron en la refriega. Dijeron que Orellana estaba herido y si bien vino la ambulancia, nunca lo detuvieron ni la policía ingresó a su vivienda para sacarlo".
Lo extraño de la situación es que hasta el momento la denuncia de Mayra no fueron formalizada "porque en el destacamento me dicen que están ocupados con otros temas y ya pasaron más de 3 días. A otros vecinos le tomaron su denuncia pero los tuvieron hasta las 5 y media de la madrugada, algo que nos llama mucho la atención".
Una reunión con el jefe de unidad
Los vecinos ya perdieron la cuenta de la cantidad de denuncias que les hicieron a los miembros de esa familia "y si bien un menor fue detenido, el mayor de edad sigue amenazando a la gente. Según la policía también tiene pedido de captura pero anda tranquilo por la calle, por eso no entendemos cómo actúan la justicia y la misma policía" explicó la docente que vive atormentada y encerrada con sus hijas pequeñas y su madre, más que por la cuerentena por el temor a esos vecinos.
Como una forma de defenderse hicieron un grupo de whatsapp para advertirse entre ellos cuando los Orellana anden haciendo de las suyas y en la reunión con el jefe de policía les advirtieron a las fuerzas del orden que si no hacen algo para defenderlos ellos mismos se armarán para correrlos de ese barrio. "Yo salgo a trabajar pero no tengo paz porque quedan mi esposa y mis hijos en la casa. Qué tranquilidad puedo tener si sé que en cualquier momento se meten a las casas?" se preguntó otro de los asistentes a las reuniones a la que se autoconvocan.
La justificación de la policía es la de siempre pero no está tan alejada de la realidad. "Nos dicen que ellos hacen los operativos, los detienen pero después son los fiscales lo que ordenan su libertad y ante eso ellos no pueden hacer nada. Quizás el fiscal esté esperando que comentan algo más grave porque son muchachos que han caído muchas veces detenido pero siempre se las arreglan para seguir en lo suyo" expresó la docente.
Después de la reunión en la que el jefe de la Unidad N° 4 Carlos Armella, la policía se comprometió a patrullar esa zona del oeste de la ciudad pero "las cosas siguen igual porque no podemos dormir en toda la noche; a un vecino le robaron una moto y un rato antes a un chica la golpearon para quitarle el celular. A otro vecino, uno de los hermanos Orellana que está libre lo amenazó con un machete por el solo hecho que participó de esa reunión donde pedimos seguridad. Somos vecinos de unos cuatro cuadras de Villa Güemes y Santa Rita los que estamos a la buena de Dios con esos delincuentes y como saben quienes estamos pidiéndole a la policía más presencia, estamos haciendo reuniones y notas para elevar a la justicia, quieren tomar venganza a cualquier costa con todos nosotros" expresó la docente. Los vecinos están tan atemorizados que toman en cuenta hasta las veces que pasan o no los móviles policiales por la única calle pavimentada de la zona que es la Calle Salta.
"Yo lo escuché una sola vez como a las 2 de la mañana; pero como a las 11 de la noche se escucharon tiros un poco más arriba. Por eso sabemos que esa gente está jugada a todo y el temor que representan para todos nosotros" expresó otra mujer residente en esa zona.
La molestia de un sacerdote
Ante la ola de robo que también afecta a otros sectores de la ciudad como la zona norte donde se ubica la Parroquia San Ramón, El sacerdote Guillermo Pinilla realizó un firme pedido a las autoridades policiales, judiciales y municipales para que frenen la inseguridad. "para mí no se ha hecho nada desde la primera vez que robaron en la Parroquia; han llegado al colmo de robarse los sanitarios. Creo que llegó el momento en Tartagal que a esto le pongamos "manos quietas". ¿Acaso vamos a vivir con la ley del Talión? se preguntó el religioso visiblemente molesto por el último robo en los que los delincuentes dañaron el templo parroquial después de romper las puertas de madera para ingresar y robarse los sanitarios. "Creo que los que roban en las iglesias, en las escuelas, en los centros de salud merecen un castigo fuerte" expresó el Párroco de San Ramón.