inicia sesión o regístrate.
La Fundación Nobel ha otorgado el Premio Nobel de la Paz a los periodistas María Ressa (Filipinas) y Dimitri Mudarov (Rusia) por "sus esfuerzos para salvaguardar la libertad de expresión, que es requisito para la democracia y la paz duradera".
Considera que ambos "son representantes de todos los periodistas que defienden este ideal en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa enfrentan condiciones cada vez más adversas".
Obviamente, tomó en cuenta a los 17 periodistas asesinados en Filipinas y a los 23 en Rusia durante la última década.
En la Universidad de Princeton, su rector C.L. Eisgruber ha manifestado: "El coraje, la creatividad, la dedicación y los valores de María Ressa son una inspiración para la comunidad de Princeton", y agregó que la egresada Ressa "personifica de manera ejemplar el compromiso de esta universidad de servir a la humanidad.
Adherimos a la decisión del Comité Nobel de celebrar su valiente compromiso con la libertad de expresión, la dignidad humana y el imperio de la democracia".
Ressa, que en 2018 fue nombrada Personalidad del Año por la revista Time y en mayo 2021 recibió el respetadísimo Premio Mundial de la Libertad de Prensa Unesco Guillermo Cano (en honor al incorruptible director de El Espectador de Colombia, asesinado por Escobar Gaviria) se desempeña como periodista en Asia desde hace más de treinta años, donde fue jefe de CNN en Manila y Jakarta, y donde en 2012 fundó Rappler.com, en la actualidad líder de noticias.
En 2020 fue condenada en Filipinas por "difamación cibernética", (condena que cursa la correspondiente apelación) y tanto acusación como condena forman parte del constante embate contra Ressa por parte del gobierno autoritario de Rodrigo Duterte, a quien Ressa y Rappler han denunciado una y otra vez por abuso de poder, autoritarismo y uso de la violencia en Filipinas.
El Comité Nobel ha subrayado las constantes denuncias que Ressa y Rappler hacen de la campaña de desinformación que lleva adelante el gobierno para acosar a los oponentes, manipular a la opinión pública y criticar la controvertida campaña antidrogas que lleva adelante Duterte. Prometiendo en su campaña electoral acabar con la droga en seis meses, Duterte consideró "magnífica" la muerte de 32 narcotraficantes, agregando que "si matamos a otros 32 todos los días podremos acabar con lo que aflige a este país", mientras instaba a la policía a "si obstruyen la Justicia, dispárenles también" en referencia a Human Rights Watch, que denunciaba excesos e ilegalidades.
A tal autoritarismo Ressa ha respondido: "Cuando vivimos en un mundo donde los hechos son discutibles, cuando se prioriza la difusión de mentiras mezcladas con ira y odio y se difunden más que los hechos, es cuando el periodismo se convierte en activismo".
El otro galardonado, Dmitry Muratov, llega precedido por el halo romántico y épico de todo escritor ruso que se precie, con la carga de ironía y espiritualidad propia del alma eslava. Cuando le preguntaron cómo era que todavía no había sido asesinado, contestó que no era a él a quien le tenían que preguntar. Muratov fue uno de los fundadores del periódico independiente Novaya Gazeta y ha sido su editor durante 24 años, medio al que el Comité Nobel describió como "el diario más independiente de la Rusia actual, con una actitud fundamentalmente crítica hacia el poder", agregando que "el periodismo basado en hechos y la integridad profesional del periódico han hecho del medio una importante fuente de información de los aspectos censurables de la sociedad rusa, escasamente mencionados por otros medios, y ha denunciado la corrupción, la violencia policial, los arrestos ilegales, el fraude electoral y las "usinas de trolls", sin olvidar sus seis periodistas asesinados a los que Muratov ha dedicado el premio, incluida Anna Politkovskaya, que cubrió el sangriento conflicto en Chechenia.
Sus colegas lo consideran un maestro del equilibrismo, ya que es capaz de escribir una denuncia contundente sin cruzar la línea que permitiría a Putin cerrar el medio. Pese a los salarios mucho más bajos que los de cualquier otro medio, nadie quiere irse y están allí hace décadas y todos resaltan que por más radicales que pueda ser una idea de Dmytri, es siempre brillante y que saben que él cuidará de cada uno como si fuesen familia, por lo que cada uno pone lo mejor a la hora de, por ejemplo, impugnar una ley, encontrar un hospital o conseguir remedios en el exterior.
Al seleccionarlos entre 329 candidatos entre los que se encontraban, entre otros, la ambientalista Greta Thunberg, el encarcelado disidente ruso Alexei Navalni y la líder de la oposición en Bielorrusia, Svetlana Tikhanovskaya, en el último párrafo de su anuncio la Fundación Nobel remarca que sin libertad de expresión y sin libertad de prensa será realmente difícil promover la fraternidad entre las naciones, el desarme y un mejor orden mundial que puedan prevalecer en nuestra época.
Y, "por tanto, el Premio Nobel de la Paz de este año arraiga firmemente en las disposiciones de la voluntad de Alfred Nobel".