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25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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“Un límite a todos:  esto no se hizo nunca”

Jueves, 16 de diciembre de 2021 02:11

En pocos días en Salta concluiremos la reforma constitucional para la que fuimos elegidos el 15 de agosto de este año e iniciamos hace un par de meses.
Algunos dicen que una reforma constitucional está lejos de la gente, que no resuelve sus problemas y que no cambia en nada el día a día de la actividad económica, social o cultural del trabajador. Nosotros no creemos en esa negatividad permanente, sino todo lo contrario: consideramos que esta reforma tiene que ver más con el futuro que con el pasado.
Es un buen momento para explicar una vez más por qué el gobernador Gustavo Sáenz impulsó la reforma y por qué un grupo de dirigentes decidimos acompañar el proyecto. Dicho en pocas palabras, porque queremos más poder para la gente.
Propusimos, y lo estamos llevando a cabo, desequilibrar el sistema en favor de los ciudadanos. Estamos poniendo un límite a todos los actores de gobierno: al gobernador, a los legisladores y a los jueces. Esto no se hizo nunca.
En todos los sistemas de gobierno compiten y disputan espacios el poder y la libertad, los gobernantes y los gobernados. El equilibrio que se logra en esa disputa se cristaliza en las constituciones de las distintas épocas. Esa norma suprema es un criterio de organización de la comunidad, además de una ley en sentido estricto.

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En pocos días en Salta concluiremos la reforma constitucional para la que fuimos elegidos el 15 de agosto de este año e iniciamos hace un par de meses.
Algunos dicen que una reforma constitucional está lejos de la gente, que no resuelve sus problemas y que no cambia en nada el día a día de la actividad económica, social o cultural del trabajador. Nosotros no creemos en esa negatividad permanente, sino todo lo contrario: consideramos que esta reforma tiene que ver más con el futuro que con el pasado.
Es un buen momento para explicar una vez más por qué el gobernador Gustavo Sáenz impulsó la reforma y por qué un grupo de dirigentes decidimos acompañar el proyecto. Dicho en pocas palabras, porque queremos más poder para la gente.
Propusimos, y lo estamos llevando a cabo, desequilibrar el sistema en favor de los ciudadanos. Estamos poniendo un límite a todos los actores de gobierno: al gobernador, a los legisladores y a los jueces. Esto no se hizo nunca.
En todos los sistemas de gobierno compiten y disputan espacios el poder y la libertad, los gobernantes y los gobernados. El equilibrio que se logra en esa disputa se cristaliza en las constituciones de las distintas épocas. Esa norma suprema es un criterio de organización de la comunidad, además de una ley en sentido estricto.

“Consideramos que esta reforma tiene que ver más con el futuro que con el pasado. Dicho en pocas palabras, porque queremos más poder para la gente”


La propuesta de Sáenz que llevamos adelante es hacer norma suprema ese criterio de organización, esa valoración: reducir el espacio de la política, ampliando el espacio de los ciudadanos. En esto consiste la reducción de mandatos.
En el sistema democrático que abrazamos, el poder se origina y reside en el pueblo. Son los ciudadanos quienes, a través del voto y de los distintos mecanismos institucionales, delegan parte de ese poder en representantes que se encargan temporal y limitadamente de administrarlo.
En ese sentido, los Estados que hemos adoptado la forma republicana de gobierno dividimos ese imperio de los ciudadanos en tres poderes: el Legislativo, que elabora el marco normativo que rige la vida de la sociedad; el Ejecutivo, que se encarga de la conducción del Estado y la puesta en práctica de sus normas, adoptando decisiones políticas en nombre de la Nación o la Provincia; y el Judicial, que se encarga de administrar justicia interpretando las leyes y haciéndolas cumplir.
Así, quienes circunstancialmente ocupan la conducción de esos tres estamentos son representantes de la voluntad popular y administradores del poder de los ciudadanos, mas nunca dueños ni poseedores vitalicios del mismo.
En lo concreto, los gobernantes saben que por ley solo pueden estar en sus cargos un plazo razonable. Solo pueden estar por cortos períodos y con tareas establecidas por las normas. Mientras que los particulares, los miembros de la comunidad, no tienen límites temporales ni espaciales para su actividad, siendo el único límite el no dañar al otro. No hay una casta política que se beneficie en esta reforma, al contrario: son los ciudadanos quienes se benefician.
Más poder para la gente es impulsar más trabajo genuino, más empresarios y sindicatos, más dignidad del trabajador, simplemente porque no dependen del poder de turno. 
Con claridad, esta es una reforma para la gente y no para el poder. Es una reforma para avanzar en la construcción de una Salta con menos desigualdades y con más oportunidades para todos, siempre transitando el camino de la libertad.

* Presidente de la Convención Constituyente

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