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Gabriel Chagra Dib, exministro de Salud de la Provincia y actual presidente de la Fundación Aurea, lleva más de 30 años intentando concientizar a la sociedad salteña sobre las irreparables secuelas que el uso descontrolado de la pirotecnia deja en muchas personas, especialmente en niños y niñas, como también en animales de compañía y el propio medio ambiente.
A lo largo de su carrera profesional como médico cirujano trató a
infinidad de pacientes que, por manipular elementos pirotécnicos, sufrieron amputaciones de dedos, manos, desfiguraciones de rostro y pérdida de visión. Muchos tenían corta edad cuando terminaron en una sala de emergencias con severas lesiones y graves quemaduras.
Hoy son personas adultas que continúan con tratamientos y operaciones.
Hace diez años un proyecto de ley intentó poner algo de racionalidad en la provincia, pero terminó desvirtuado en el seno de la Legislatura. En el Municipio capitalino, desde febrero de 2019 una ordenanza prohíbe el uso y comercialización de fuegos artificiales que producen ruido, pero los estruendos no cesan en las fiestas de fin de año ni en festejos religiosos, sociales, políticos y deportivos.
En el contexto de la última Nochebuena y Navidad, en solo cuatro días, una petición para que se cumplan las normas de pirotecnia sonora cero en Salta sumó cerca de 22.000 firmas en la plataforma change.org. Y en un solo día, tras los festejos de la noche del viernes 24 y el sábado 25, la desesperación de más de cien familias salteñas se manifestó a través de las redes sociales por más de cien perros perdidos.
“Desde hace más de 30 años venimos insistiendo sobre las consecuencias de la pirotecnia de uso doméstico. La previsión ya debería estar entre nosotros y a estas alturas los fuegos artificiales mayores tendrían que ser manejados exclusivamente por gente experta, como lo hacen otras naciones, incluido el vecino país de Chile, donde lo hace el gobierno, a través del ejército, en lugares públicos bien controlados”, remarcó el cirujano pediátrico que supo dirigir el Hospital Materno Infantil de Salta entre 2000 y 2003.
En 2011, ya como ministro de Salud Pública de la Provincia, a Chagra Dib le tocó impulsar una ley de prohibición de la pirotecnia. El proyecto se trató, pero terminó modificado de forma tal que personas mayores de 18 años quedaron autorizadas a comprarla. “Ahí está en definitiva el problema, porque la compran adultos pero la utilizan niños, para quienes la pirotecnia es un arma de fuego”, enfatizó.
El cirujano plástico recordó que sola en la pasada Navidad varios niños y niñas debieron ser asistidos con lesiones y quemaduras. Un pequeño de 5 años tuvo que ser trasladado de urgencia desde Embarcación, porque un petardo le estalló en la mano y terminó con un dedo amputado. “Ese niño nunca más tendrá una mano normal y deberá sobrellevar por resto de su vida una discapacidad, expuesto al bulliyng, con dificultades para el aprendizaje en la escuela y su futura inserción laboral”, subrayó Chagra Dib.
“Yo sigo atendiendo pacientes adultos que sufrieron quemaduras y perdieron una mano, sus genitales, o terminaron con el rostro desfigurado. Ello significa una pérdida de la autoestima y de las capacidades”, advirtió.
En este marco, el facultativo que preside la Fundación Aurea hizo un nuevo llamado de atención con respecto a las estadísticas que manejan los servicios públicos sobre las irreparables secuelas que dejó la pirotecnia en la vida de muchos niños, niñas y adolescentes. “En la Fundación atendimos a dos pacientes con lesiones en la mano: uno de ellos seguramente requerirá cirugía”, subrayó.
Chagra Dib señalo que “las estadísticas han descendido, pero lo que no cambia son las consecuencias graves, porque la pirotecnia produce quemaduras severas. Y si la manejan los niños, las consecuencias son aún peores. Por eso recomendamos a la gente, hasta el cansancio, que no queme la plata en pirotecnia, porque los costos son elevadísimos y lo único que hace es causar daños”, insistió.
Acerca del martirio que padecen los animales de compañía con los estruendos, Chagra Dib hizo notar que “se vuelven locos y muchos se ponen agresivos. En esta época también aumentan las mordeduras de perro”, precisó
“En las casas con niños con discapacidad o autismo las explosiones terminan arruinando las fiestas familiares”, agregó.
“Se ha avanzado con la prohibición de la pirotecnia sonora y creo que es un buen momento para dar el segundo paso, ya que en la sociedad este debate ya no es como hace quince años atrás, donde parecía que el único loco que quería erradicar la venta y uso descontrolado de la pirotecnia era yo. Hoy son cada vez más quienes lo reclaman”, afirmó.
A través del Estado
Chagra Dib recordó que el proyecto de ley de 2011 contemplaba que el Estado provincial adquiera y realice despliegues públicos de fuegos artificiales, de manera controlada, “porque la atención de cada niño que se quema, de cada paciente que termina internado en un hospital público, con todas las cirugías posteriores, implica elevados costos que se evitarían con la ley”.