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20 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Santi Maratea y una hazaña solidaria con sabor amargo

Hubo malestar entre los wichis de Misión Chaqueña porque el influencer quiso destinar una de las dos camionetas donadas a la Fundación Pata Pila.
Miércoles, 17 de febrero de 2021 01:23
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De un tiempo a esta parte se puso de moda ayudar a los wichis, la etnia más numerosa y pobre del país. Los filántropos que se lanzan a transitar los duros caminos del Chaco salteño llevando ayuda para las comunidades son bien conocidos, y cada año crece el número de solidarios que, partidos por la impotencia de ver al prójimo en la miseria, sin agua, sin techo, sin remedios ni comida, reúnen montones de cosas y marchan hacia el norte de Salta a mitigar sus necesidades aunque sea por unos días. Les hacen chocolatada, pan, guisos y los abrazan. Hasta los perros ligan el hueso de la solidaridad porque, de verdad, ahí los canes son puros huesos y enfermedades, y se cuentan de a docenas por cada familia.

  Todo el equipo de colaboradores que acompañó a Maratea en su cruzada por los wichis.

La ayuda del Estado nunca alcanza para los wichis. Ni el agua que les acerca el Ejército, ni los pozos que se perforan, ni los bolsones de alimentos, ni los controles sanitarios... Ellos nunca llegan a pisar el podio de la dignidad. Desocupados, desnutridos, desorientados, viven necesitando todo. Ante la respuesta imposible a la pregunta ¿cómo mejorar radicalmente sus vidas?, las campañas solidarias de particulares que empatizan con el dolor y la miseria ajena, son un intento paliativo y ya crónico de atenuar la crítica situación de una etnia que, con río o sin río, con monte o sin monte, sobrevive hace 500 años a las profecías más oscuras sobre su extinción.

En ese tren solidario, el domingo llegó el influencer porteño Santi Maratea a Misión Chaqueña, en Embarcación, con dos camionetas (una que compró con tres millones de pesos recaudados en una semana y otra que le donaron). Además llevó un camión con alimentos, ropa, remedios, pastillas potabilizadoras y muchas otras cosas. Pero los caciques se enojaron al enterarse que compartirían las donaciones con la Fundación Pata Pila, del paraje Yacuy.

El profesor wichi Elio Fernández, del Lote 75 de Embarcación, explicó a El Tribuno lo ocurrido: "El detonante de la reacción en la comunidad es que Omar Gutiérrez, estudiante wichi de abogacía y amigo de Maratea, pidió las donaciones a nombre de Misión Chaqueña y la gente se tomó de esa palabra. Entonces cuando Maratea llegó con la gente de Pata Pila para entregarle una de las camionetas, se enojaron. Son muy tajantes los caciques en ese sentido porque no les gusta que los mencionen para hacer campaña y que después no cumplan. Es la idiosincrasia del indígena. Maratea estaba muy asustado y se tuvo que ir por otro camino y escoltado por la policía. Nadie le iba a hacer daño, el enojo era por la palabra empeñada, nada más".

En junio del 2020 fue noticia que Santiago Maratea, instagramer, ayudó a un joven salteño wichi a reunir dinero para seguir estudiando abogacía en Buenos Aires. A través de las stories de Instagram, Maratea pidió ayuda solidaria para Omar Gutiérrez de Misión Chaqueña y fue un éxito. Colectó $300 mil en 24 horas. De ahí que son amigos.

Al parecer, la intención del influencer no fue bien interpretada por los wichis. Maratea quería que una de las camionetas fuera para la Fundación Pata Pila, que la usaría como Centro Móvil de Desnutrición e iría una vez por semana a Misión Chaqueña. Tras el escándalo, los integrantes de Pata Pila desistieron de recibir la camioneta.

Finalmente, Santi Maratea explicó en sus estados de Instagram que su amigo Omar Gutiérrez se quedaría con las dos camionetas para ponerlas al servicio de la comunidad.

 

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