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28 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Cumplió 80 años “Palito” Ortega, el hombre que vivió mil vidas en una sola

Se convirtió en un ídolo de multitudes. Fue gobernador, candidato a vicepresidente y senador. Se convirtió en “hermano” de Charly García y formó una familia, en la que el amor convive con el talento.
Lunes, 08 de marzo de 2021 20:04
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Ramón Bautista Ortega nació en Lules (Tucumán) el 28 de febrero de 1941, pero recién fue anotado el 8 de marzo. Fue el segundo hijo de Juan, un zafrero, y Nélida Rosario. El matrimonio tuvo siete hijos. Los hijos eran muchos y la miseria más. Palito fue bicicletero y vendedor de diarios. A los 16 se fue a probar suerte a Buenos Aires. Trabajó en un bar y de vendedor ambulante de café. Decidió vender en las puertas de Canal 7 y Radio Belgrano. Fue entonces cuando él comenzó a torcer su destino. Carlos Ginés era uno de los astros más populares de la radio. Conducía el ciclo “Levántese contento”, donde hacía todo tipo de ruidos para despertar al oyente. Convocó a ese cafetero al que notaba honrado, trabajador y que siempre silbaba con un notable oído. Dos años después, en 1957, la Bandita de Carlinhos lo contrató para cargar los instrumentos y armar la escenografía. Rodeado de músicos aprendió a tocar el güiro, la batería y perfeccionó lo que sabía de guitarra. Se independizó de Carlinhos y comenzó a actuar con el pseudónimo de Nery Nelson. Durante un tiempo vivió en Mendoza, donde tuvo su espacio en radio y cantaba en un boliche. Con mucho esfuerzo logró grabar su primer disco, pero cuando pidió sus honorarios, le pagaron menos de la mitad de lo acordado. Se presentó en los estudios de RCA. Llovía. Ricardo Mejía, el gerente general de la discográfica vio a ese muchacho que esperaba su turno con la ropa humedecida y le ofreció un coñac.


Llegó su turno. Cantó un rock’n’roll, “María”. Luego, “Sabor a nada”. La última se la hicieron repetir una, dos, tres veces. Le preguntaron por el autor, respondió que era suya. Mejía le anunció: “Flaco, lo felicito. Dese por artista de RCA Víctor”. Faltaba elegir el nombre artístico. Mejía le dijo: “Usted es tan flaco que parece un palito”. Escribió “Palito Ortega” y fue perfecto. Ese día nacía el artista que marcaría a varias generaciones de argentinos. En 1962, se integró al Club del clan. La “academia” no acompañó a ese muchacho de afinación incierta, pero el público lo consagró. Con la canción “Despeinada” su fama cruzó las fronteras. Los éxitos no pararon. Llegó “Bienvenido amor”, “Media novia” y “Camelia”. La figura del tucumano se replicaba en portadas de revistas, presentaciones, televisión, radio. Las chicas lo idolatran y las madres veían en ese joven el ideal de yerno. Lo comenzaron a llamar el Rey. Para 1964 comenzó un noviazgo con la actriz Marta Gonzalez, que no prosperó. En 1965, mientras grababa “Mi primera novia” conoció a Evangelina Salazar. En la película no se casaba con ella, pero en la vida se casaron el 2 de marzo en la Abadía San Benito de Palermo. Era tanta la gente que deseaba verlos, que aunque la ceremonia se televisó, tuvo que intervenir la guarida de infantería y varias seccionales para mantener un poco el orden. Evangelina decidió dejar atrás su promisoria carrera de actriz para formar lo que ambos deseaban: una familia. Juntos fueron padres de Martín, Julieta, Sebastián, Emanuel, Luis y Rosario. Todos ligados al ambiente artístico y talentosos.
Parecía que había alcanzado el cielo, pero en 1981 decidió traer a Frank Sinatra a la Argentina. El estadounidense iba a realizar dos recitales en el estadio Luna Park y cuatro espectáculos en el hotel Sheraton de Buenos Aires con el formato de cena-show y a mil dólares la entrada. Los ingresos se vendieron, sin embargo Palito quedó en la ruina por el programa económico del dictador Roberto Viola. Ortega contrató a Sinatra el 11 febrero de 1981 cuando el dólar en Argentina cotizaba a 1.900 pesos, pero, al momento del recital, se disparó a más de 7.500 pesos. En una semana, el tucumano perdió más de dos millones de dólares. Durante tres años recorrió el país y Latinoamérica dando recitales para mejorar su economía. Hasta que decidió radicarse con sus hijos en Miami. Pensaba irse por seis meses, pero se quedó por años.

 


En 1989, con el respaldo del entonces presidente Carlos Menem aceptó volver al país para postularse como gobernador de Tucumán y enfrentar al general Domingo Bussi. Con el voto de la gente el 21 de octubre de 1991 asumió como gobernador. En 1995 y sin lograr que se habilitara la reforma constitucional para su reelección, Palito se despidió de su provincia.
Vendió su casa de Miami valuada en dos millones de dólares y se instaló en Argentina. En 1999 fue candidato a vicepresidente acompañando a Eduardo Duhalde, pero en la elección se impuso Fernando de la Rúa. Asumió como senador de la Nación, pero salpicado por el escándalo de las coimas por la Ley de Reforma Laboral renunció a su banca y se alejó de la política.
Volvió al mundo del espectáculo. Formó una productora, siguió haciendo presentaciones y componiendo. Reversionó “La casa del sol naciente”, canción emblemática en el repertorio de la banda inglesa The Animals, y con ella musicalizó una de las escenas centrales de la película “El Ángel”, dirigida por su hijo Luis.
Un día sin querer volvió a ocupar todos los titulares. Charly García estaba en su peor momento con las drogas. Palito era uno de los pocos autorizados en visitarlo en la clínica. Al llegar, una jueza buscaba un lugar para llevar a Charly. Él se abrazó a Palito y solo le dijo: “Demasiado dolor”. Palito se lo llevó a su casa en Luján. En ese lugar Charly empezó a sanar y se transformaron en hermanos. 
Ayer “Palito” Ortega cumplió 80 años. Lo festejó rodeado de abrazos de hijos y nietos, y acompañado por la mirada amorosa de Evangelina. 

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