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Ante la realidad que padecemos con la crisis económica instalada desde hace décadas y la pandemia (con todas sus consecuencias inevitables, los errores evitables y las violencias injustificables que la acompañaron), debemos buscar políticas que contemplen la inclusión social, mitigar la pobreza y la desigualdad, para ello deberemos hacer una autocrítica de las actuales políticas económicas y tomar decisiones que son imprescindibles.
Las principales inconsistencias de nuestra economía están en el abordaje de la inflación, la falta de divisas y la tasa de interés. Además, sin crecimiento de la actividad, estamos en una encerrona. Necesitamos una política económica integral para el crecimiento que contemple los incentivos a la producción de bienes y servicios y descartando de plano las restricciones (cepo a la compra de divisas, precios máximos, prohibición de exportación, etc.) o la represión que no posibilitan el crecimiento!
Comencemos conociendo la actual dinámica del Gobierno, que conduce a un creciente gasto público que genera déficits fiscales cada vez mayores, arrastrando la economía a severas crisis, procesos inflacionarios, pérdida del valor de la moneda, caída de actividad, graves problemas de desempleo, elevados niveles de pobreza e indigencia, fuga de capitales y ausencia de inversiones.
Esta es la foto de la actual política económica, pero para discutir y tomar decisiones debemos analizar la película para determinar la causalidad de todos los problemas que tenemos.
Actualmente, las decisiones son coyunturales. Las principales medidas para controlar y evitar que la inflación se desmadre -implementadas y en estudio- son realizadas de acuerdo a las necesidades del corto plazo y más urgentes (hasta las elecciones). Hay casos claros:
a) el Gobierno está preparando más controles de precios, ahora con valores fijos por 180 días en una lista de alimentos, bebidas y de higiene,
b) la devaluación del dólar no está acompañando a la inflación, cuando tendría que ser al revés, ya que nuestra producción necesita ser competitiva y evitar que ingresen productos importados en una competencia desleal
c) la tasa de interés tendría que subir para captar mayor cantidad de dinero circulante y así evitar que el mismo genere más aumentos de precios aumentando el consumo o se traslade a la compra de dólares para resguardar el valor de la moneda.
Controles de precios
Dentro de las medidas para mantener estables los precios, el Gobierno está preparando y discutiendo con las empresas de alimentos un programa de control en góndolas más estricto que los implementados hasta ahora de lo que va de la gestión. (Sería recomendable que revisaran viejas experiencias argentinas, y si no les convencen, que analicen la economía venezolana). El Ministerio de Desarrollo Productivo busca crear una nueva canasta de 120 productos con precios congelados por 180 días, para ponerlos previo acuerdo en vigencia lo más pronto posible. Los empresarios dentro de los términos de negociación buscan desarmar lo que se conoce como Precios Máximos, mecanismo que implementó el Gobierno para administrar los valores de miles de productos alimenticios y de limpieza al comienzo de esta pandemia.
Este programa nuevo de acuerdo a lo planificado por el Gobierno incluiría productos alimenticios, bebidas y artículos de higiene personal para ofrecer en supermercados chinos y comercios barriales de cercanías para conseguir mejores precios a los consensuados con anterioridad con otros programas vigentes, este segmento según datos oficiales representa un 35% del consumo total de estos artículos.
Inflación y valor del dólar
Habiendo transcurrido solo cuatro meses, la inflación llegó al 17,6%, superó el 60% de la proyectada en el presupuesto para todo el año 2021, valores que exceden los cálculos oficiales con el agravante que la tendencia a la baja pronosticada para el resto de los meses hasta las elecciones será muy difícil de cumplir, mostrando un panorama poco alentador.
El valor del dólar oficial en los primeros cuatro meses de este año se devaluó un 11,2% y la inflación como ya lo mencionamos fue del 17,6 % esto marca una tendencia como lo vimos en varias oportunidades, cuando se pretende detener la inflación con un tipo de cambio más bajo, utilizando la cotización de la divisa como ancla para controlar los aumentos de precios, ya que nuestra economía esta bimonetizada en pesos y en dólares, receta que también fracasó, simplemente, porque el atraso cambiario no es sustentable. La alta brecha cambiaria entre el dólar oficial y las distintas cotizaciones del mercado constituye otra inconsistencia de esta política preelectoral de parches.
Hay una gran cantidad de bonos o títulos que el Gobierno emite para sacar dinero de circulación. La tasa de interés debería seguir a la inflación, hoy está por debajo de lo estimado, por lo que quienes tienen pesos buscan resguardo comprando bienes que por la gran demanda aumentan de precio; o adquieren dólares ya que su valor tenderá a subir.
Cómo crecemos
Después de las elecciones tiene que haber una corrección de las medidas económicas, a nuestro país le falta tener un horizonte con políticas de estado implementando un programa económico integral y sustentable de estabilización y crecimiento, con la falta de disponibilidades y la gran deuda será difícil poder realizarlo sin un consenso de todos los argentinos
El Gobierno está empeñado en que el crecimiento de la economía se haga a través del consumo interno que actualmente representa el 70% del PBI. Esto no alcanza; también deberá hacerlo con las inversiones y las exportaciones. El ahorro y las inversiones son temas que deberán resolverse con estabilidad, reglas de juego claras que se mantengan en el tiempo y seguridad jurídica para tentar a los argentinos tenedores de más de US$260.000 millones (en el exterior y en los colchones) para que se inviertan en el país. Con solo ese dinero, sin contar las inversiones extranjeras que puedan radicarse, comenzaría en nuestro país un proceso de reactivación y crecimiento de nuestra economía no imaginado, empezaría un serio proceso de inclusión social terminando con la pobreza y la desocupación, estamos hablando de otra Argentina, la que hicieron grande nuestros abuelos y la que soñamos nosotros.
Actualmente las exportaciones son la única fuente de disponibilidades para importar tecnología e insumos para producir más, si no las incentivamos con políticas claras corremos el riesgo de perder mercados y no poder competir con nuestra producción.
Después de la estrepitosa caída de nuestra economía del 9.9% del año pasado, se estima que si no hay mayores restricciones nuestra economía tendrá una reactivación del 5,6%, no deja de ser una buena noticia, pero de crecimiento todavía no hablamos.
Vayamos pensando.