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"Haz la diligencia que Dios te ayudará", reza un viejo proverbio popular que, indirectamente, enseña que aquel que no hace bien las cosas difícilmente obtenga resultados favorables en sus menesteres cotidianos.
En el campo de la política reciente, algo de esto les pasó a varios alcaldes. No hicieron bien sus deberes en estos últimos años y ahora, según resultados a la vista, quedaron debilitados en los cuerpos deliberativos de sus respectivas comunas. Pero deberán entender que ese traspié no es una tragedia, sino que forma parte de la vida en democracia.
Y viene al caso recordar otro refrán popular: "Lo que no se hace por grandeza, tarde o temprano se hará por necesidad". Ahora varios jefes comunales deberán dialogar con la oposición para poder seguir gobernando sus comunidades. De nuevo, la realidad es la única verdad. La ciudadanía se expresó a través de las urnas y el mensaje es claro: los actuales adversarios deberán consensuar, convenir o pactar políticamente.
En síntesis, la ciudadanía exige que se haga política, porque en definitiva su esencia y desde tiempos inmemoriales, es conversar, convenir, acordar y pactar.
Haciendo política el hombre pudo abandonar el mundo de las cavernas, superar la lógica de las hordas y abandonar la ley de la selva, aunque a veces parece que queremos volver atrás.
Don Napoleón Bonaparte solía decir que "las victorias tienen varios padres mientras que las derrotas son huérfanas". Es lo que pasa por estas comarcas, nadie quiere hacerse cargo de los reveses del domingo pasado y para ello ya se escuchan algunas excusas: "Nos impusieron candidatos impresentables, se hicieron pésimas alianzas.., se manejó mal la pandemia...", dicen.
En fin, "En la viña del Señor hay de todo", pero siempre la paja está en el ojo ajeno... mientras en el nuestro llevamos una viga.
Y por último, una muy recordada frase que se adjudica a la sultana Aixa, la madre del último rey islámico de Granada, Boabdil el Chico, cuando salió de la Alhambra luego de entregar sus llaves a los Reyes Católicos: "Lloras como una mujer lo que no supiste defender como un hombre".
En nuestro caso solo podemos decir que alcaldes y alcaldesas cosecharon lo que sembraron.
La enseñanza es que se debe volver a la Política del diálogo y del consenso para bien de todos y para mal de ninguno.