inicia sesión o regístrate.
El plantel argentino ya estaba en el vestuario y de repente apareció de nuevo en escena Lionel Messi. Con una pechera de fotógrafo y sin la camiseta, ya daba una señal de lo que era una decisión tomada. Primero se detuvo a charlar largo con Dani Alves hasta que enfiló hacia la cancha nuevamente, abrazado con su ex compañero de Barcelona.
Ahí, junto con Scaloni, se puso a hablar con Neymar y Tite y rápidamente se leyeron sus labios: “Nos vamos”, reseñó Olé. Estuvo cara a cara con el representante de Anvisa de San Pablo (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria) y le reclamó por la situación, que ingresaran pasados los cinco minutos para interrumpir el juego.
Messi se quejó, puntualmente, porque “hace tres días que estábamos acá, nos estaban esperando. Avisaban y listo”. El capitán e ídolo argentino estaba enojado, como Scaloni. “¿Por qué no fueron a buscarlos al hotel”, reclamó. Y agregó: “Estamos hace tres días acá, los habían dejado entrenar”. Todo cara a cara con el de Anvisa, con Neymar y Tité de testigos, concluye diario Olé.