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Karina Puente, magíster, jefa de carrera del Profesorado Universitario en Educación Primaria y del Profesorado Universitario en Educación Inicial de la Universidad Católica de Salta (Ucasal), dialogó con El Tribuno sobre el Encuentro Internacional de Profesorados Universitarios y II Encuentro de Prácticas Docentes que se realizará desde hoy y hasta el sábado en la Ucasal y que abordará la temática "Entramados múltiples en el campo de la formación docente".
Hasta ayer se inscribieron 200 personas para participar del encuentro que tendrá una modalidad híbrida. Durante los tres días se realizarán una serie de conferencias a cargo de especialistas, a nivel nacional e internacional, como Alicia Rosa Caporossi, Silvia Duschatzky, Analí Baraibar y Jorge Steiman. En este marco, Puente también compartió su mirada sobre algunos temas.
Sobre la temática elegida para el encuentro ¿qué nos puede comentar?
Tenemos como propósito no solo presentar y socializar en distintos tipos de experiencias en el campo de formación de los profesorados, sino también abrir un espacio de debate en torno a las problemáticas que se presentan en la formación de los profesorados, un campo bastante complejo a nivel social, cultural y político.
Pretendemos abrir ese debate desde distintos ejes como ser la educación y la formación desde lo híbrido, las problemáticas que se presentan desde la práctica educativa, los nuevos formatos requeridos en la formación en los profesorados de acuerdo a las nuevas demandas sociales, que los estudiantes tengan capacidad para insertarse en función de las demandas, no sólo locales sino a nivel global.
¿Cómo analiza las prácticas docentes hoy en día?, ¿qué observa?
Creo que el campo de las prácticas actualmente es un espacio que requiere una reflexión real y profunda. Venimos de una transformación a partir de la ley nacional de educación, y de la ley de educación superior también, cuyo mandato apunta a que el campo de las prácticas debe ser articulador de toda la formación. Requiere pensarlo en términos de políticas concretas a nivel curricular, que nos implique a todos los formadores, más allá del campo de la práctica, que nos permitamos discutir en función de la necesidad de articular, de pensar dispositivos reales de intervención en escenarios complejos los cuales estamos atravesando y para los cuales tenemos que pensar la formación de nuestros futuros docentes. Lo que nos reclama la sociedad hoy es un docente con otro tipo de condiciones, con otros rasgos, apuntar a una política de formación distinta, mucho más real y que tenga en cuenta la diversidad de contextos y la complejidad en la cual estamos inmersos no deja ser un compromiso enorme y un desafío. Lo que sí no podemos trabajar en soledad.
¿Las prácticas actuales son suficientes?
Voy a hablar de los profesorados del ámbito universitario. Justamente, en los profesorados de la Ucasal tenemos un proyecto desafiante y se insertan a los estudiantes desde el primer año. Este tiene que permitirse conocer la diversidad de contextos, no solo en el campo de la formación sistémica o formal sino el campo no formal ¿pero esto es suficiente? Nada es suficiente para la complejidad del mundo actual. Esto debe ser continuo, requiere que estemos al pie del cañón como siempre digo para poder pensar la formación desde un lugar distinto.
¿Qué demanda tienen las carreras de profesorados en la universidad?
En nuestra unidad académica tenemos profesorados de grado de primaria y de inicial con matrículas reducidas. Hay un imaginario social de que el docente que tiene que ejercer en estos niveles no requiere una formación universitaria. En los otros profesorados (de profesionales) sí hay una fuerte demanda. En cuanto al imaginario se da una gran contradicción, dado que hoy en día se le demanda al docente capacidad y competencias, que difícilmente en otro nivel lo pueda lograr.
¿La currícula se tiene que actualizar?
El cambio curricular yo no sé si nos ha servido tanto, es como pintar la fachada, yo creo que la gran problemática que nosotros tenemos tiene que ver con prácticas caducas, desfasadas de la realidad, de lo que se requiere, de los nuevos sujetos para los cuales estamos pensando la formación, no sólo adolescentes y jóvenes sino de niños, de la diversidad, de la heterogeneidad que tenemos, lógicamente esto nos vuelve a tirar un peso enorme a nosotros como formadores de formadores. Por otra parte, siempre voy a cuestionar la continuidad de las políticas curriculares, como que se hace una cosa, pero se cambia una gestión y todo se tira por la borda y volvemos a foja cero, cuando uno ve que hay muchas cosas para rescatar.