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25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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"Con los años hacer reír y emocionar me ha gustado más que solo hacer reír"

A horas del estreno de una obra suya en Salta, "Qué par de mentirosos", Guillermo Camblor dialogó con El Tribuno.
Jueves, 17 de noviembre de 2022 20:18

Hoy, a las 21.30, en el Teatro de la Fundación Salta (Gral. Martín Güemes 434) se estrenará la comedia "¡Qué par de mentirosos!", de Diego Camblor. Con las actuaciones de Beli Figueroa, Daniel Frisoli, José Manenti, María Vélez, Sebastián Osorio y Noelia Toscano, se repondrá en el mismo horario y lugar mañana. La entrada vale $2000 y se puede adquirir en la boletería del teatro. Los socios de Club El Tribuno tienen el beneficio de dos por uno en ambas funciones.

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Hoy, a las 21.30, en el Teatro de la Fundación Salta (Gral. Martín Güemes 434) se estrenará la comedia "¡Qué par de mentirosos!", de Diego Camblor. Con las actuaciones de Beli Figueroa, Daniel Frisoli, José Manenti, María Vélez, Sebastián Osorio y Noelia Toscano, se repondrá en el mismo horario y lugar mañana. La entrada vale $2000 y se puede adquirir en la boletería del teatro. Los socios de Club El Tribuno tienen el beneficio de dos por uno en ambas funciones.

La comedia cuenta la historia de Marcos, un hombre común, visitador médico y muy mujeriego, que pretende dejar su pasado atrás y construir un futuro al lado de Cecilia, a quien trae a su casa para pasar una noche que inaugure una relación seria. Pero la visita de su sobrino Cacho, un desesperado plomero en busca de una aventura sexual, lo complica todo y hace que Marcos se vea envuelto en una serie de equívocos difíciles de explicar a Cecilia. Todo esto sumado a la llegada de una ex amante de Marcos, que hará todo lo posible para tener sexo ya.

El autor de esta pieza teatral de enredos es el destacado dramaturgo nacional que escribió para Jorge Porcel, Nito Artaza, Miguel Ángel Cherutti, Moria Casán, Carmen Barbieri y Los Midachis, entre otros artistas, y cuyas obras están siempre presentes en las temporadas de Buenos Aires, Carlos Paz y Mar del Plata. Del otro lado del teléfono Camblor es una voz cálida y entusiasta que cuenta primero que nada que "con la gente de Salta yo tengo un cariño muy especial desde que José Manenti me abrió las puertas allá, confiando en un material mío. He hecho muchas amistades con varios elencos y actores y los quiero mucho porque siempre me hacen quedar muy bien con las obras" y que en cada respuesta confirmará su humildad sin afectaciones.

Hace 42 años, más precisamente en 1980, Camblor cursaba en el Instituto de Formación Teatral (IFT) y había formado una dupla cómica con Alfredo Sánchez, compañero del colegio y amigo del barrio, quien estaba estudiando con Pedro Aleandro el padre de aquella primera actriz multipremiada e icono cultural argentino, Norma Aleandro. Este lo incitó a que escribiera un guion para que ambos lo interpretasen. Así surgió "Flor de amigo", que presentaron en la Sociedad de Fomento barrial. La repercusión fue inmensa y la circunstancia inaugural de la gran resonancia que tendrían los guiones de Camblor de allí en más. "Con el tiempo el autor le fue ganando al actor, porque había más competencia por los roles que por la dramaturgia en el rubro del humor", lo simplificó él.

Es una sensación mía o hacer llorar pueden lograrlo muchos, mientras que hacer reír luce infinitamente difícil...

Luis Sandrini decía que hay una verdura que nos hace llorar, la cebolla (cuando la picamos), pero que no existía la verdura que nos hiciera reír. Si contás una historia trágica seguramente vas a emocionar con algunos resortes, que además uno los ha ido aprendiendo a través del tiempo, porque en paralelo me fui haciendo una carrera escribiendo comedias dramáticas. Uno va aprendiendo los mecanismos para hacer emocionar. Buscar la risa siempre ha sido más difícil porque además han ido cambiando los parámetros del humor, sobre lo que se puede hacer humor o no, cómo encararlo, la visión. Para el drama, los motores siguen siendo los mismos: el amor, la ambición, la venganza, el odio. Pero los del humor se han ido modificando.

No solo eso, sino que ahora existe la cultura de la cancelación. ¿Hacer humor es hoy pasar por un campo minado?

En general, porque no pasa acá sino en el mundo, hay medios y artistas que se burlan y escriben sobre todo, no tienen ningún prurito. Yo nunca me he burlado de la elección del género sexual ni de las religiones o de los defectos físicos. Pero opera mucho no solo lo que uno dice, sino lo que el otro piensa. En la obra "Toc Toc", que se ha vuelto famosa con un récord de representaciones, en el fondo el público se ríe de los defectos que tienen los personajes. El tema es cómo está planteado y cómo lo miren. Eso no inhabilita que otro lo pueda hacer. Para mí, lo más notable fue el cambio de enfoque y la visión sobre la mujer en el escenario, sobre todo en la comedia. Aunque si bien yo empecé con la comedia picaresca, después dependo de que el director y el productor acentúen o no ciertas cosas o les pidan a las actrices que salgan con más o menos ropa. Es más, tenía problemas porque les ponía chistes para que dijeran las mujeres y allá por los 80 o 90 parecía que las mujeres no podían hacer humor o que este estaba reservado para una mujer que no estaba dentro de los parámetros estéticos que había entonces. Y está comprobado que no: que las mujeres son tan graciosas como los hombres con un texto, dirección y situación adecuados. Por suerte todo eso se ha ido modificando, al menos lo he modificado en mis obras y no acepto que me pidan que denigre, o me burle o que saque algún chiste contra la mujer. Por ejemplo, la obra esta que van a hacer en Salta se llamó en Uruguay "Es cosa de hombres" y en Paraguay le pusieron "Enredados"; pero el nudo de la cuestión, los enredos y la pintura de los personajes es universal, lo que le pasa al público más allá de algún modismo, palabra o giro idiomático que se cambie es universal. La primera versión de esta obra se hizo en Carlos Paz, en 2005, y se llamó "Mi tío es un travieso" con Rolo Puente y Mariano Iúdica. La obra siempre ha ido funcionando, la he ido aggiornando para que no tenga cosas que han quedado fuera de tiempo, pero la temática siempre funcionó bien.

¿Sigue rindiendo el humor más allá de que fuera de la sala nos coman los leones?

Hoy es difícil, más si vas al supermercado. El argentino es de reírse mucho y es muy amplio con el humor. Acá conviven las comedias clásicas, con los standaperos, con las comedias dramáticas, es muy amplio el espectro teatral. Pasa que el teatro es un ámbito muy particular, una convención en la que vos sabés que los que están arriba del escenario te están mintiendo y vos no solo aceptás la mentira, sino que pagás de antemano por algo que no sabés cómo va a resultar. Por eso hay mucho menos humor en la televisión y funciona más en el teatro. En la televisión el humor se ha limitado a imitadores o contadores de chistes. No hay programas de sketckes. Ha quedado para el teatro, el café concert, incluso con el auge del stand up. Pero se puede hacer reír cuando todo es un complemento, no es solo el texto, sino la puesta en escena, la dirección y la actuación. Las obras que ha hecho José Manenti, por ejemplo, siempre han estado muy bien puestas, entonces eso potencia el libro.

¿Qué historias le interesa contar?

Depende del tipo de historia. Para las comedias de enredos parto de alguna historia que se me ocurre y la voy sazonando, voy dejando que los personajes fluyan y después van apareciendo equívocos. En cambio, las comedias dramáticas generalmente tienen otro nudo. Para ellas me baso en algún hecho que vi o que me contaron. Hay una comedia mía de tres personajes que se llama "Junior" y que la han hecho en Córdoba con bastante éxito. La escribí a partir de un artículo que había leído en un diario hacía como quince años y me había quedado la idea. En Córdoba una pareja fue a juicio por la tenencia del loro. Esto que parece una ridiculez me pareció un disparador para escribir una comedia dramática. Lo mismo me pasó con "La nueva ilusión", para la que me basé en la historia de un conocido que había heredado un bar de la familia. Me pareció una buena historia el que alguien luchara por mantener vivo un bar de barrio tradicional de la familia contra las inmobiliarias, que vienen y te compran el lugar para demolerlo y hacer torres arriba, porque no les importa nada. En las comedias dramáticas mías generalmente hay una cosa personal, familiar o de alguien que yo he leído o me han contado. Uno toma eso y lo va potenciando con ideas que van surgiendo, porque hay que ir dándole vuelta. Casualmente en febrero de 2023 van a estrenar en Uruguay una obra mía que se llama "Hijos de primera". La historia básica me la contó en 2015 la actriz Karen Reichardt que estaba haciendo una comedia mía, "Citas peligrosas", con Beto César y Carmen Barbieri en Mar del Plata, y era una historia trágica a la que le volqué un poco de humor negro y le agregué personajes, porque necesitaba darle unos giros a la historia, pero nació así. Nunca sabés de dónde sale la primera idea, pero los que escribimos estamos muy atentos a lo que ocurre alrededor de nosotros. A veces uno escribe un personaje porque vio tics o rasgos en una persona real y los vuelca en la obra. Esas cosas quedan en la cabeza y te caen esas ideas que sirven para armar la composición de un personaje.

¿Qué ingredientes tiene un éxito?

Es una mezcla de varias cosas: tener un buen texto, un buen elenco y un buen director y llegar en el momento justo que la gente estaba buscando eso. En tantos años de ver teatro y cine uno puede hablar de tantas obras que se decía que iban a ser un exitazo y que duraron un mes y las levantaron y de obras a las que uno no les daba vida y que estuvieron luego años en cartel. Nadie te asegura nada, ni siquiera tener a un actor de primera línea. Me acuerdo que cuando el Maipo cumplía 100 años convocaron a Antonio Gasalla como figura principal y un mes duró la revista (se refiere a "Por siempre Maipo", con dirección de Claudio Segovia -"Tango Argentino"- y la participación de Antonio Gasalla, que se estrenó en mayo de 2008). Fue uno de los fracasos que el recordado y querido Lino Patalano no se pudo explicar. A los tres meses de eso Gasalla estrenó "Más respeto que soy su madre" y estuvo tres años en cartel y fue un récord de público. El mismo actor. Guillermo Francella, que nadie puede dudar de la capacidad actoral que tiene, está por hacer con récord de entradas anticipadas vendidas "Casados con hijos" y sus películas andan muy bien. Sin embargo, cuando hizo "El joven Frankestein" duró un mes y pico. Y la película había sido un exitazo de Mel Brooks con Gene Wilder y el musical exitosísimo.

¿Cuál es la obra de la que se siente más orgulloso?

Tengo varias. A veces las obras de las que uno más orgulloso está no siempre son las más taquilleras. O las más representadas. Así como "Qué par de mentirosos" debe de andar por las 700 u 800 representaciones y es una de las que más me gustan en el género de enredos, después tengo un par de comedias emblemáticas mías como "Yo adivino un parpadeo", que se hizo en 2010, 2011 y 2012 con Carolina Papaleo y Rubén Estela, una comedia dramática que tuvo unas críticas hermosas y mucho tiempo en cartel. Este año se va a reponer en gira y supongo que va a pasar por Salta. La van a hacer Rodolfo Ranni y Ana Fontán. Otra fue "La última alegría" que se hizo con actores desconocidos y también está "La noche del matador". El tema que trata esta última a mí me gusta mucho y después me queda la satisfacción al ver la reacción del público. Básicamente con los años hacer reír y emocionar me ha gustado más que solo hacer reír. Que veas la obra, que te rías y emociones; pero que te lleves alguna cosita que te haga trabajar la mente un poco.

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