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La Asamblea General de la ONU comenzó a deliberar ayer en una sesión especial de emergencia sobre Ucrania, en la que occidente busca aislar diplomáticamente a Rusia aprobando una condena de su invasión con el mayor respaldo posible.
La Asamblea General -el órgano en el que se sientan los 193 Estados miembro de Naciones Unidas- votará a lo largo de la semana, probablemente mañana, una resolución en ese sentido similar a la que el pasado viernes Moscú vetó en el Consejo de Seguridad.
A diferencia de allí, en la Asamblea ningún país tiene poder de veto, por lo que el texto únicamente necesita reunir el apoyo de dos tercios de la cámara para salir adelante.
Varios diplomáticos occidentales se mostraron ayer convencidos de que el proyecto será aprobado y trabajaban para tratar de conseguir el mayor apoyo posible, suavizando algunas frases para atraerse a los países con dudas.
"Llamamos a todas las naciones a respaldar al pueblo ucraniano y defender la Carta de la ONU votando a favor de esta resolución", dijo a los periodistas el embajador de la Unión Europea, Olof Skoog, cuya oficina está coordinándose con países de todas las regiones y con Kiev para impulsar el texto.
Las resoluciones de la Asamblea no tienen carácter vinculante, pero sí suponen un pronunciamiento importante, sobre todo en el caso de una sesión especial de emergencia, un tipo de reunión muy poco habitual y que hasta ahora solo se había visto diez veces en toda la historia.
El objetivo fundamental, señalan los diplomáticos europeos y estadounidenses, es que la Asamblea General mande un claro mensaje en contra de la invasión rusa, que exija la retirada de sus tropas y, sobre todo, muestre con claridad el aislamiento ruso.
Sin embargo, se espera que un número de países se oponga a la resolución o que, como mínimo, se abstengan.
China, por ejemplo, hasta ahora se ha negado a condenar la intervención rusa y defendió ayer esa postura equidistante ante la Asamblea General, cuya sesión se abrió con un momento de silencio por las víctimas de la guerra.
Durante el debate, Ucrania y Rusia tomaron la palabra para dar sus versiones de la situación, con el representante de Kiev, Sergiy Kyslytsya, advirtiendo que en esta guerra está en juego el futuro de todo el mundo. "Si Ucrania no sobrevive, la paz internacional no sobrevivirá. Si Ucrania no sobrevive, Naciones Unidas tampoco sobrevivirá. No se hagan ilusiones", dijo el embajador, que comparó el conflicto con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y al presidente ruso, Vladímir Putin, con el entonces líder alemán, Adolf Hitler.