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“A esta guerra la seguimos peleando por nuestra islas”

Carlos Bruno Delgadillo estuvo en el combate de Top Malo House y fue tomado como prisionero. 
Jueves, 31 de marzo de 2022 22:38
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A 40 años de la guerra de Malvinas, un referente de los excombatientes de San José de Metán, dijo que para ellos la batalla continúa todos los días por la soberanía de las islas.

“Esto para nosotros parece que fue ayer. No tenemos recuerdos, tenemos el presente, porque todos los días está Malvinas en nuestra mente en cualquier momento. En el caso mío porque en el combate de Top Malo House murieron dos compañeros y hubo cinco heridos”, dijo Carlos Bruno Delgadillo.

El excombatiente tiene 67 años y vive con su familia en el barrio San Martín de Metán. Tenía 28 cuando participó de la guerra. Era un comando, con el rango de cabo primero, especialista en misil Blowpipe, un sistema antiaéreo portátil con guía infrarroja utilizado en primer lugar por el Ejército Británico y los Royal Marines y que fue empleado por ambos bandos en la Guerra de Malvinas teniendo mas éxito por el lado de las fuerzas argentinas que derribaron dos aparatos Harrier.

“Pasaron 40 años y a esto lo seguimos viviendo como si hubiera ocurrido ayer. Todos los días es Malvinas para nosotros los excombatientes. Tengo presente cuando luego del combate caímos prisioneros. Teníamos mucha bronca, queríamos morir en ese momento”, remarcó.

Delgadillo era cabo del Arma de Caballería, integraba el cuadro de la Compañía de Comandos 602, primera sección. Estuvo en el combate de Top Malo House, que relatan libros británicos y argentinos.
“Yo sigo recorriendo distintos lugares de la Argentina porque no hay que olvidar y las nuevas generaciones deben conocer lo que ocurrió durante la guerra y sobre todo que las Malvinas son argentinas”, remarcó Delgadillo.

El excombatiente recordó cuando fue tomado como prisionero por los soldados ingleses junto a sus compañeros. “Éramos trece comandos, el 29 de mayo salimos hacía Monte Simón, unos 60 kilómetros atrás del terreno que dominaba el enemigo. Aproximadamente a las 4.30 de la madrugada estábamos listos para la misión. Los helicópteros llegaron tarde y a eso de las 7.30, salimos y nos dejaron al pie del Monte Kent”, relató el veterano.

Delgadillo destacó la valentía de todos esos hombres que estaban dispuestos a morir por la Patria. Recuerda con claridad los hechos de la mañana del 31 de mayo.

Se alistaban para continuar con la marcha, pero alguien observó algo entre las ovejas. El sol que estaba asomándose hizo brillar las antiparras de un inglés.

“Espinosa gritó: ‘Son ingleses’. La casa tenía un entrepiso en el cual se encontraban Pedroso y otros. Yo estaba abajo con Helguero. De pronto sentí como un trueno que movió toda la casa y empezaron las explosiones de todo tipo. Adentro había una nube de humo y tierra, varios salieron a repeler el ataque”, contó.

Detalló que los primeros argentinos salieron por la puerta y otros por las ventanas. El fuego de los británicos no cesaba. De pronto una explosión levantó el piso de madera. Los soldados quedaron cuerpo a tierra. “En esa posición Helguero se adelanta para salir por la puerta, yo lo sigo. De repente, una granada explota cerca de la puerta donde estaba Helguero y una esquirla le pega en el pecho. En ese momento una ráfaga de ametralladora perfora la pared a la altura de mi cabeza, me pego contra el piso y veía cómo pasaban las balas. Yo pensé que algunas me habían pegado. Mi cuerpo estaba como adormecido eran por las explosiones y los sacudones que daba el piso de la casa”, narró el veterano de Malvinas.

Contó luego que Helguero sacó un pañuelo del bolsillo y se lo colocó en el pecho. “Se miró y me dijo “me la dieron”, me asusté porque pensé que podía haberle tocado el corazón, pero gracias a Dios no. Nos dimos vuelta y saltamos por la ventana, nuestros compañeros combatían con furia. Ya Mateo Sbert estaba muerto y también había heridos. Pero seguimos combatiendo unos minutos más”, dijo Delgadillo.

El grupo estuvo nueve días prisionero. Fueron maltratados, pero eso luego mejoró, hasta que los entregaron a la Cruz Roja Internacional.
 

 

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