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La verdadera mujer

Jueves, 12 de mayo de 2022 00:00
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En un ensayo titulado "La mujer en Estados Unidos" de sus "Obras Completas", Sarmiento subraya y proclama el indiscutible rol de la mujer en el progreso de la humanidad: "Y mujeres aparecen arrastrando, determinando cada gran paso dado por la humanidad hacia la perfección".

En estas líneas (escritas un siglo y medio atrás) este hombre liberal de gran trascendencia en la historia argentina revindicaba ya a la mujer en sus aptitudes y derechos. Respaldándola, en otros escritos reclamaba a los sudamericanos su oposición al voto femenino.

De cada línea se desprende que era su intención custodiar la verdadera femineidad de la mujer dándole el brillo que mereciera al ritmo del progreso. Lejos de negar su esencia, la realza.

Sin embargo, ciento cincuenta años después, son las mismas mujeres las que cuestionan su propio lugar. Se supone que ello procuran las feministas. Dice el diccionario: feminismo: "doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres".

Sin duda, una mujer que reclama derechos no reconocidos durante largo tiempo se planta guerrera frente a la realidad que la oprime... pero la búsqueda de este movimiento se ha desvirtuado al perder el sentido auténtico de esta lucha y opacarse con otros intereses adulterados.

Al dejar de verse a sí misma para sólo competir con el hombre, la lucha ha dejado de ser noble labor y se ha convertido en guerra, guerra que desnuda cierta debilidad. Que el varón haya rebajado a la mujer no legitima el mismo proceder, sólo exacerba su complejo de inferioridad: el poder encegueció la naturaleza del reclamo y el machismo se volvió feminismo. La mujer se pierde a sí misma, se despersonaliza al querer ser como el varón, incluso arrastrando sus errores, evidenciando así su visión revanchista.

Y mujer y varón quedaron enfrentados, sin entender aún la preciosidad inconfundible, única e irrepetible de cada uno y el gran regalo que implica su encuentro y complementación.

Las ideologías devoraron el sentido del reclamo... ¿Hacia dónde vamos?

La reivindicación de la mujer no supone que ésta se vuelva varón. Tampoco implica apoyar per se la ideología de género, el aborto, recortar libertades ajenas para expandir la propia o menospreciar al sexo opuesto. Un objetivo tan alto se convirtió en un "vamos por todo" y a costa de la realidad misma. ¿No era el fin ser valorada por sus talentos, votar como el hombre, gozar de libertades,,,?

Que existieran (y existan) hombres más animales que racionales no obliga a que la meta sea ser como ellos. ¿Por qué adquirir derechos tiene que significar repetir lo malo del hombre? Que hay machistas que denigran a la mujer, que la subyugan y la someten es un hecho, pero ese perfil ya ha dejado de ser mayoría. Existen, también, mujeres que maltratan al varón y no es difícil de creer cuando se ve la modalidad elegida por algunas "para progresar".

En definitiva, las feministas combaten para defender a una mujer que no puede florecer porque se olvida de sí misma, se ataca en un caprichoso afán de igualitarismo malsano estimulado por deseos de represalia y un rencor comparativo. Existen, claro está, muchos ejemplos de varones que defendieron la dignidad e igualdad bien entendida de la mujer, que se admiraron con su beldad y dones, entendiéndola distinta, hasta incluso cual ser superior y como una guía. Y hoy, hay mujeres que en una obsesión reivindicativa terminan atacando la belleza de la distinción de sexos.... como mujer no cabe otra que preguntarse, ¿qué intereses se esconden detrás?

A ti, mujer, que perdiste la voz, no la busques en una nueva opresión, esta vez elegida por ti misma.

A ti, varón, no dejes de ver a la verdadera mujer y fomentar el siempre inacabado encuentro al que invita el complemento.

El desafío es, pues, mutuo y una sociedad que no se reconoce en esta distinción natural exquisita, vive en la barbarie. A la que siempre se opuso Sarmiento que en ensayo citado dice "­Oh mujer divina! Ésta es la encarnación del porvenir".

 

 

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