La designación del Dr. Gustavo Carrizo al frente de la Secretaría de Minería de la Provincia marca el inicio de una etapa que combina continuidad institucional y una impronta de gestión orientada a resultados. Con una trayectoria reciente en el ámbito legislativo, donde trabajó activamente desde la Comisión de Minería del Senado, Carrizo llegó al Ejecutivo con un diagnóstico previo del sector y con la premisa de no perder tiempo en definiciones.
Desde el inicio, el nuevo funcionario dejó en claro que la consigna es acelerar los procesos. La instrucción del gobernador Gustavo Sáenz fue explícita, comenzar a trabajar de inmediato. Ese mandato político se traduce en una agenda concreta que prioriza el fortalecimiento del sector minero como uno de los motores del desarrollo productivo provincial, especialmente en regiones estratégicas como la Puna salteña.
Carrizo entiende que la minería atraviesa un momento clave, atravesado por inversiones en marcha, proyectos en expansión y una creciente demanda de articulación entre el Estado, las empresas y las comunidades. En ese sentido, uno de los ejes de su gestión será profundizar el trabajo en equipo, con una mirada integral que incluya al sector público, al privado, a la sociedad civil y, de manera central, a las comunidades que conviven con los emprendimientos mineros.
La licencia social aparece como un concepto transversal en esta nueva etapa. No se trata solo de un requisito formal, sino de una construcción permanente que exige diálogo, presencia territorial y capacidad de respuesta. Desde la Dirección de Minería aseguran que ese trabajo ya viene realizándose y que será reforzado, entendiendo que el desarrollo del sector depende en gran medida de la confianza y el acompañamiento de las comunidades locales.
La transición de Carrizo desde el ámbito legislativo al Ejecutivo no implica un cambio abrupto de enfoque. Por el contrario, el nuevo director busca capitalizar la experiencia acumulada en el Senado, donde participó activamente en debates, normativas y seguimientos vinculados a la actividad minera. Esa continuidad le permite contar con una visión más amplia del entramado institucional y de las cuestiones pendientes.
Como primera señal de gestión, a los pocas horas de asumir el cargo emprendió un viaje a la Puna salteña, una de las zonas más dinámicas del mapa minero provincial. Allí mantendrá reuniones con directivos de POSCO, incluyendo al presidente y vicepresidente de la compañía, con el objetivo de establecer una agenda de trabajo a futuro. El objetivo es definir metas concretas y revisarlas de manera periódica, con encuentros bimestrales que permitan evaluar avances y ajustar estrategias.
Esta modalidad de seguimiento, según Carrizo dejó entrever en diálogo con El Tribuno, refleja una concepción de gestión basada en la planificación y el control de resultados, en un contexto donde los tiempos de la inversión privada y las demandas sociales requieren respuestas ágiles del Estado. La Dirección de Minería busca posicionarse así como un actor activo, con presencia en territorio y capacidad de articulación.
En un escenario nacional e internacional donde la minería, especialmente vinculada al litio y los proyectos de cobre, ocupa un lugar central en la agenda económica, Salta apuesta a consolidar su rol estratégico. La llegada de Carrizo al área refuerza esa apuesta, con un enfoque que combina desarrollo productivo, diálogo social y una fuerte impronta de gestión.